Aguascalientes ha sido escenario de un alarmante número de incendios forestales durante la temporada actual. Según el reporte mensual de incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y febrero de este año, se abrieron 12 carpetas de investigación por delitos ambientales, incluidos incendios forestales, contaminación del agua y desecho ilegal de escombros.
Sin embargo, las autoridades locales reportan que el número real de siniestros ha superado las expectativas, con más de una veintena de incendios ocurridos en el estado. Como consecuencia, se han perdido aproximadamente 7,500 hectáreas de áreas verdes, un impacto significativo para el ecosistema local.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), hasta la fecha se han registrado 23 incendios forestales en la entidad. De estos, 19 casos permanecen bajo investigación, pues las causas siguen siendo desconocidas. Otros dos incendios fueron provocados por actividades agrícolas, y en dos casos más, las autoridades han confirmado la intencionalidad humana.
Aguascalientes ocupa actualmente el sexto lugar a nivel nacional en cuanto a la cantidad de hectáreas perdidas debido a los incendios, lo que resalta la gravedad de la situación. En términos de la cantidad de siniestros registrados, el estado se posiciona en el lugar número 11 del país.
La temporada de incendios forestales continuará hasta el mes de junio, con los meses de marzo, abril y mayo considerados los más críticos debido a las altas temperaturas previstas para esta época. Las autoridades han emitido una serie de recomendaciones a la ciudadanía para prevenir más catástrofes naturales:
- No encender fogatas.
- No arrojar colillas, fósforos, botellas de vidrio ni basura.
- Mantener los alrededores de la vivienda despejados.
- Evitar fumar en lugares con vegetación.
- No encender fuego en época de sequía.
- Evitar el uso de maquinaria y vehículos que emitan chispas.
La situación sigue siendo preocupante, y tanto las autoridades como la población deben mantener la vigilancia y la responsabilidad para reducir los riesgos de incendios forestales que continúan afectando tanto al medio ambiente como a la calidad de vida de los habitantes del estado.