A 25 años de sacudir la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes, Amores perros regresó al emblemático certamen francés, esta vez como un clásico del cine contemporáneo. La noche del pasado 20 de mayo, la versión restaurada de la ópera prima de Alejandro González Iñárritu se proyectó en la Sala Agnès Varda, dentro de la sección Cannes Classics, con el director y Gael García Bernal presentes ante una audiencia emocionada.
La función fue más que una simple proyección: fue un reencuentro con la historia. Al terminar, García Bernal, visiblemente conmovido, tomó el micrófono y soltó: “Gracias Alejandro, ¡me cambiaste la vida!”. Iñárritu respondió con un largo abrazo y recordó a quienes hicieron posible la película que, según el delegado artístico del festival, Thierry Frémaux, “ya se ha convertido en un clásico no sólo de México, ¡sino del mundo!”.
Tanto director como actor recordaron la madrugada de su estreno mundial en 2000, cuando la película compitió en la Semana de la Crítica. El realizador confesó que proyectar a la 01:00 h fue “la peor experiencia” de su vida: problemas técnicos y salidas constantes del público lo dejaron desanimado.
Pero la historia sería otra. Amores perros terminó ganando el Gran Premio de la Semana de la Crítica y una nominación al Óscar como mejor película en lengua extranjera, lanzando la carrera internacional tanto del cineasta como del joven actor tapatío. Además de inaugurar la llamada “trilogía de la muerte” que el realizador completó con 21 gramos y Babel.
La versión exhibida es fruto de un minucioso trabajo que el propio cineasta coordinó junto al director de fotografía Rodrigo Prieto y el diseñador de sonido Martín Hernández. “La idea es que las personas puedan verla tal y como se vio en el año 2000”, explicó Iñárritu. El negativo original fue limpiado y escaneado en 4K; la mezcla sonora se rehizo desde los másters para rescatar detalles que se habían perdido en antiguas copias.
El aniversario no se quedará en la sala de proyección. Durante una charla previa con García Bernal, el realizador reveló que prepara una instalación artística a partir de los 985 mil pies de material descartado que la UNAM resguardó durante un cuarto de siglo.
“Llevo seis años extrayendo material y voy a hacer una instalación que estará en la Fundación Prada en Milán, en LagoAlgo en Ciudad de México y en Los Ángeles”, detalló. Además, confirmó la publicación de un fotolibro a cargo de la editorial británica MACK: “Será una edición preciosa y global”, adelantó.
La gran sorpresa llegó casi al final del encuentro: “Se va a hacer un relanzamiento cinematográfico de la película en Latinoamérica y en el mundo. Las personas podrán volver a verla en las salas”, anunció Iñárritu.
Aunque no precisó fechas, indicó que la distribuidora planea situar el reestreno entre septiembre y octubre de este año para que la versión restaurada recorra circuitos comerciales, cinematotecas y festivales.
Un cuarto de siglo después, la cinta regresa a la pantalla grande con la misma crudeza y vitalidad que la hicieron legendaria. Su reestreno —junto a la instalación y el fotolibro— sin duda renovarán su impacto para las nuevas generaciones, quienes podrán experimentar en la sala oscura, su energía visceral y su complejidad narrativa, logrando provocar emociones y dejar cicatrices en quien la vea por primera vez… o la vuelva a ver.