Por César Alfonso Leal González
¿Qué es una aplicación móvil? Primero, trataré de responder esta pregunta, porque a pesar de vivir en el apogeo de la tecnología, aún hay muchos usuarios que no saben qué es una aplicación móvil, a pesar de que cuando menos utilizan una de ellas en su día a día. Básicamente, es un programa que cuenta con ciertas funciones y diseño que se dirigen al usuario. Si bien la definición es tan simple como eso, cada aplicación puede resultar tan compleja o tan sencilla como su desarrollador la haya considerado.
Las apps se clasifican de distintas maneras, pero para fines de esta nota nos referiremos a ellas de acuerdo con su funcionalidad. Existen aplicaciones que permiten la comunicación entre usuarios; otras permiten el almacenamiento de información; algunas son de entretenimiento y, por otro lado, están las que replican lo que ya se realiza por medio de otras plataformas. Hay infinidad de aplicaciones, incluso combinan funcionalidades, y –como decía hace un momento– al menos hemos sido usuarios directos o indirectos de alguna de ellas.
Las primeras aplicaciones móviles surgieron a finales de los 90 y desde entonces su funcionamiento ha evolucionado a la par de otro avance tecnológico: el internet. Con la expansión de la velocidad y alcance del internet, han nacido o se han desarrollado más aplicaciones. Todas apuntan a la misma dirección: el almacenamiento, el procesamiento o la conectividad a través de internet.
La evolución ha sido tal, que la industria del desarrollo de software ha sido de las que más auge ha tenido durante la última década y, muy seguramente, es de las que más importancia tendrá durante las siguientes décadas. Es tal el grado de inmersión que tenemos la gran mayoría de las personas en este ámbito que las tareas o actividades que hace años llevábamos a cabo sin tecnología, hoy en día resultan complicadas o imposibles de hacer en ausencia de ella.
Actualmente, las empresas, negocios o industrias que anteriormente les bastaba con anunciarse a través de medios tradicionales, o bien, contar con su sitio web informativo, están perdiendo clientes, debido a que las dinámicas de consumo han cambiado, pues ahora resulta más fácil pedir comida a domicilio, solicitar un servicio de transporte o incluso realizar una consulta médica a través de una aplicación.
Con la casi inminente red de internet satelital que está por alcanzarnos, quien aproveche esta ventaja de conectividad y velocidad en cualquier rincón del planeta será aquel que logre dar el primer paso de innovación sobre su competencia. En este sentido, no debe perderse de vista que, por un lado, a las generaciones que más les constaba trabajo adaptarse a la tecnología ya están inmersas en ella y, por otro, aquellas generaciones que están familiarizadas o son nuevas, prácticamente ya están listas para la siguiente revolución industrial.
Un planeta entero conectado es una oportunidad perfecta para la innovación y adaptación.