Las colaboraciones y las alianzas han sido fundamentales en el desarrollo de cualquier sociedad, ya sea una sociedad de estado, una comunidad, o ya sea una sociedad de trabajo. De alguna manera, esa fue la idea que tuvieron los maestros Roberto Arellano Crespo -quien tiene a su cargo la notaría número 62- y Felipe Muñoz Rodríguez -quien tiene a su cargo la correduría pública número 15- y quienes decidieron, a través de sus grandes habilidades como abogados y de su larga amistad, emprender una alianza profesional que brinda servicios de consultoría de alta calidad: la alianza Arellano & Muñoz.
La dupla consiste, según Felipe Muñoz, en complementar dos servicios de fé pública de la manera más eficiente: por una parte, Roberto Arellano, como notario, ataca todos los temas en materia civil y Felipe Muñoz, por la otra ayuda con los temas mercantiles, que son aquellos de los que se encargan las y los corredores públicos.
En entrevista con Blackstone Magazine, ambos profesionistas cuentan un poco sobre de dónde surgió la idea de colaborar paralelamente. Felipe Muñoz explica que “esta dupla no es una que nosotros hayamos creado, es una figura que se usa mucho en ciudades grandes, como Guadalajara, Ciudad de México o Monterrey. Pero aquí en Aguascalientes somos los únicos que tienen una alianza de esa naturaleza, pero se trata más bien de una alianza que consiste en una amistad, que comparten oficinas. Juntos, pero no mezclados, como se dice coloquialmente”.
Bajo este esquema, juntos, pero no mezclados, Arellano y Muñoz se han dedicado al derecho corporativo y ya por varios años han acompañado y generado el éxito de particulares, empresas e incluso de los diferentes niveles de gobierno, por medio del ejercicio del derecho en su más puro estado: con una profunda vocación de servicio en defensa del sector productivo y empresarial.
“Parte de lo que hacemos como asesores jurídicos es, por ejemplo, ayudarle al cliente a planear desde fideicomisos patrimoniales, fideicomisos sucesorios, hasta todo lo relativo a los desarrollos inmobiliarios. Muchos de nuestros clientes son desarrolladores inmobiliarios que los ayudamos desde la compra de la tierra, hasta la venta de su última unidad, de su último departamento, de su último pedazo de terreno”, explica el corredor público número 15 de Aguascalientes.
La sinergia de la colaboración: entre corredurías y notarías
Como las peras y las manzanas, las corredurías y las notarías pueden llegar a confundirse, y aunque comparten ciertas raíces o cualidades similares, estamos hablando de dos cosas distintas.
Roberto Arellano recuerda que las corredurías y las notarías son figuras jurídicas muy antiguas, pero, primero, destaca las dos principales facultades de un corredor público: 1) sociedades mercantiles 2) valuaciones. A la par, también explica que la figura del notario es más familiar y conocida en la sociedad, pues esta se encarga de todo lo relativo al derecho civil (testamentos o compra/venta de inmuebles, que son más comunes en el día a día de una persona que no sea empresaria o que no tenga una compañía).
Pero, el maestro Arellano agrega: “al final, ambas hacen actividades que se complementan porque las operaciones inmobiliarias (hablando en ejemplos de desarrollos inmobiliarios) siempre llevan un fuerte componente de asesoría civil (notario) para poder transitar en diversos tópicos. Eso se complementa con lo necesario en materia mercantil, que son facultades, talentos y habilidades de los corredores públicos. Son dos labores diferentes pero complementarias, se ensamblan muy bien. Es un servicio que puede prestarse, por supuesto, sin estar físicamente en un mismo espacio, pero resuelve muchos problemas o retrasos cuando los dos sí están compartiéndo uno”.
Es así como Arellano y Muñoz han funcionado al pasar de los años, enfocando sus asesorías jurídicas específicamente a los desarrollos inmobiliarios, para ofrecer un servicio completo que les pueda resolver todos los problemas lo más eficientemente posible.
Notarios y corredores: figuras importantes
Aunque probablemente no toda la población sabe de qué se habla cuando se habla de notarías y corredurías públicas, estas son evidentemente importantes en la sociedad mexicana. Lúcido y conocedor del tema, Felipe Muñoz advierte sobre la importancia de ambas figuras: “básicamente, su existencia atiende a un tema de seguridad jurídica. La existencia de estas supone la garantía para el consumidor, para los clientes. La fé pública, es, vamos a decirlo, una función derivada del estado a favor de particulares (en este caso estamos hablando del notario o del corredor) y al final lo que busca es simplemente brindar certeza para la gente”.
Pero también agrega sobre el panorama internacional con respecto a estos temas. “Existen países como Estados Unidos donde no existen figuras como estas, por ejemplo, ahí, para hacer la transmisión de un bien inmueble es a través de casas de título, sin necesidad de un notario”, pero, añade, eso se permite porque “son sistemas jurídicos distintos. En general, desde México y hacia el sur, todos los países que ahí se encuentran compartimos el sistema de fé pública a través de notarios o corredores públicos y, a la postre, ya es muy difícil pensar en un México sin algún fedatario público, que además cumple ciertas características, como estar regulado por las autoridades y que está sujeto cada día más a verificaciones y revisiones”.
Finalmente, el fedatario público prácticamente se ha convertido en una figura que ayuda a la recaudación de impuestos de un estado, pero también ayuda a la recaudación de información ya que por cada acto, prácticamente, “que hacemos como fedatarios, hay que dar un aviso, ya sea a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ya sea al Servicio de Administración Tributario (SAT) o ya sea a las autoridades locales”, puntualiza Felipe Muñoz.
Vinculación y alianza, beneficio directo para las y los clientes
La idea principal de la colaboración que por años han mantenido Arellano y Muñoz es que el cliente, en un sólo lugar, pueda resolver todas sus necesidades desde el punto de vista legal, empresarial y jurídico. Incluso, pretende resolver también las necesidades que puedan surgir desde la perspectiva jurídica, pero en el ámbito personal.
Para clarificar, Felipe Muñoz comparte un ejemplo práctico sobre cómo un inversionista o empresario puede hacer uso de esta alianza: “si llega con nosotros un cliente que tiene una empresa, una compañía, y requiere asesoría para llevar a cabo alguna asamblea y demás, pero, si adicionalmente requiere poner en orden alguna propiedad, hacer su testamento o hacer un poder, o incluso recibir asesoría para constituir un fideicomiso sucesorio, todo eso lo puede encontrar en un sólo lugar. Ese lugar somos nosotros”.
Si bien, la amistad y el trabajo de ambos abogados los unió en este camino para ayudar a muchos y diversos clientes a través de los servicios que cada uno, como corredor o notario, ofrecen, a Felipe Muñoz y Roberto Arellano los unen también los valores y aptitudes que los caracterizan como personas y como profesionistas.
Al respecto, Roberto Arellano destaca que las nuevas generaciones de estudiantes de derecho deben desarrollar un especial interés por la literatura que les permita, dos cosas, no sólo sensibilizarse y desarrollarse desde un aspecto humanista, sino también desarrollarse como mejores redactores y oradores, dos características indispensables para poder destacar en esta profesión.
“Lo más importante es tener la disposición para aprender, para estudiar y ser crítico. El derecho no es una ciencia exacta, es una ciencia política. Ser abogado es demandante y sí reclama aprender a razonar”, agrega.
Por otra parte, Felipe Muñoz finaliza señalando que el valor que no es, o no debe ser negociable en quienes ejercen el derecho, es la honestidad. En ese sentido Arellano & Muñoz, puede garantizar que su alianza, su equipo y quienes lideran la misma, tienen esos y otros valores que se hacen valer por sí mismos.