Diversos estudios han demostrado que el descanso es en realidad un factor clave y sumamente importante en la productividad de las y los trabajadores y, por ende, en la productividad de las empresas.
Si bien en Europa y en Asia ya se tiene mucho más socializada la idea de jornadas laborales más cortas, este fenómeno apenas está iniciando en América Latina. El primer país que apostó por esta medida fue Ecuador, en donde ya se tiene una jornada laboral a la semana de 40 horas.
En Brasil, El Salvador y en Guatemala se optó por una jornada semanal de 44 horas, también más corta a la usual de 48.
Recientemente, en Chile se aprobó la reducción de la jornada laboral semanal a 40 horas, misma que empezará a aplicarse paulatinamente, para que no haya un impacto negativo en la iniciativa privada.
En Colombia también recientemente se aprobó una disminución, pero a 42 horas semanales. Al igual que en Chile, el cambio será paulatino.
Sin embargo, todavía existen países, como México, en donde no se ha logrado configurar un cambio de esa naturaleza. En México, Perú, Costa Rica y Argentina, las jornadas laborales por semana siguen siendo de 48 horas.