Al norponiente de la ciudad de Aguascalientes, justo sobre la avenida Eugenio Garza Sada, existe un restaurante que se sale de lo convencional y trae para los comensales las mejores recetas de comida italiana que se pueden probar en la región: Bella Italia, ese es su nombre.
En un acogedor y casi hogareño espacio diseñado para el confort, con un horno de piedra y con una amplia carta de pastas, vinos y pizzas, en el fondo del establecimiento se puede leer la icónica frase de Federico Fellini: “La vita è una combinazione di magia e pasta”, cuya traducción sería “la vida es una combinación de magia y pasta” y justo ese pensamiento es el que describe a la perfección la experiencia de comer en Bella Italia, un restaurante traído desde Italia por Francesco Toss, quien es el dueño del lugar y autor de su cocina.
En entrevista con Blackstone Magazine, Francesco Toss contó que su emprendimiento culinario abrió en septiembre del 2019. La calidad del restaurante habló por su propia cuenta y durante la pandemia del covid-19 el local creció.
“Bueno, hay que decir una cosa, yo soy extranjero. Soy italiano. Como inmigrante uno siempre puede tener una mentalidad emprendedora, y en este caso logré combinar la transmisión cultural (Italia-México) con la transmisión gastronómica. Por esto nació Bella Italia”, relata.
Sabor del extranjero
Como su nombre lo advierte, Bella Italia es un restaurante con platillos exclusivamente italianos. Incluso, Francesco Toss destaca que no solamente el sabor y la comida viene de aquel viejo y bello país, sino que también su arquitectura se asemeja a lo que podría ser un restaurante común de allá.
“Es un restaurante típico italiano, casi con comida casera. Los platos que tenemos en la carta son tradicionales italianos. Manejamos aquí algo prácticamente nacional: la pizza, una pizza peculiar, una pizza fina, de masa hecha a mano, con aceite de oliva y con ingredientes fuertes y deliciosos”, cuenta el dueño. Pero además de las pizzas, ahí también se pueden encontrar maravillosas pastas tradicionales de Italia: como la boloñesa, mar y tierra, al pesto o a la carbonara.
A consideración de Francesco Toss, la especialidad favorita de su restaurante son las pizzas, sin embargo, en realidad todos los platillos que conforman la amplia carta son solicitados por las y los clientes. “Se vende todo, tengo pizza, pasta, panini, tortellini, postres, pollo a la parmesana, pollo a la boscaiola. El menú es francamente completo. Pero si tengo que decirlo, sin duda los más vendidos son la pizza y la pasta”, agregó.
De hecho, la pizza más pedida es justamente la que lleva el nombre del lugar: Bella Italia, que contiene jamón serrano, queso filadelfia, arúgula y queso parmesano. En el caso de las pastas, la más vendida es la al tartufo, que lleva champiñones, tartufo y otros ingredientes que la hacen un platillo difícil de encontrar en la entidad.
Las coincidencias entre la cocina italiana y mexicana
Francesco Toss, cuenta que la ventaja de vivir en México y tener un restaurante italiano es que aquí es muy fácil encontrar los ingredientes para poder llevar al pie de la letra las recetas italianas, y eso facilita mucho replicar y conseguir el sabor único de las pizzas y pastas italianas, que se conocen en tantas partes del mundo por su exquisito e incomparable sabor.
Tanto así que el dueño del restorán opina que esa es, precisamente, la mayor coincidencia entre la gastronomía mexicana y la italiana: ambas son deliciosas y famosas en muchos países.
“La similitud principal es, sencillamente, que son dos comidas buenísimas. Se venden muchísimo. Al final yo pienso que el termómetro que define si es buena una comida, o no puede ser este: ¿cuántos restaurantes mexicanos tenemos en el mundo? Muchos. Si uno va a Estados Unidos está lleno de ellos. ¿Cuántas pizzerías o restaurantes italianos hay en el mundo? Muchísimos. Pero, por otra parte ¿cuántos restaurantes alemanes hay? Son pocos. Eso digo, al final la estadística nos da una respuesta: es evidente que son dos comidas diferentes, pero son de las más buscadas”.
Bella Italia es un restaurante cuyo lujo máximo es la diversidad, la internacionalidad, la veracidad de los sabores y la experiencia de haber comido, así, tan fácil, en un restaurante que perfectamente podría estar instalado en una de las calles principales de Nápoles.