Por L.F.T. Anaisa González Orozco
El ejercicio físico es considerado como una intervención no farmacológica eficaz en la promoción del bienestar físico, mental y funcional de pacientes con cáncer. El programa de ejercicio debe ser planificado de manera individual y personalizada, incluyendo ejercicios tanto aeróbico, para mejorar la función cardiorrespiratoria, como de fuerza muscular y un plan de estiramiento con el objetivo de mejorar la movilidad articular necesaria para la mayoría de las actividades de la vida diaria.
¿Qué beneficios se obtienen del ejercicio físico?
- Control del dolor.
- Menos náuseas y vómito.
- Disminución de la fatiga.
- Mejora los niveles de glóbulos rojos y blancos.
- Mejor control de peso.
- Mayor flexibilidad.
- Incremento de fuerza muscular.
- Mejora la capacidad funcional.
- Mejora la calidad del sueño.
- Modulación de la actividad de las células citotóxicas.
- Disminución de osteoporosis.
Durante los ciclos de quimioterapia, no es necesario suspender la actividad física; sólo se deben generar cambios en cuanto a su frecuencia, duración e intensidad, y se busca reducir, en lo posible, los efectos adversos del tratamiento.
La fisioterapia es parte del fundamental del equipo multidisciplinario. Su objetivo principal es ayudar al paciente a superar sus limitaciones físicas y alcanzar sus máximas destrezas, obteniendo como resultado la integración del paciente a su medio social.
“El ejercicio físico es considerado como una intervención no farmacológica eficaz en la promoción del bienestar físico, mental y funcional de pacientes con cáncer.”
Anaisa González Orozco