Dos astronautas experimentados, Butch Wilmore y Suni Williams, se encuentran varados temporalmente en la Estación Espacial Internacional (ISS) debido a problemas con el sistema de helio de la nave Starliner de Boeing. Inicialmente programados para regresar el 14 de junio, la NASA ha pospuesto su vuelta, fijando ahora la fecha límite para el 21 de julio.
La Starliner, que llegó a la ISS el 6 de junio, continuará acoplada al laboratorio orbital, mientras Boeing y la NASA realizan verificaciones adicionales. Según Steve Stich de la NASA, la nave es segura y podría regresar en caso de emergencia, pero se están considerando pruebas adicionales en el espacio y en tierra antes del retorno.
La noticia ha sido dada a conocer a través de una rueda de prensa que los responsables de la misión han señalado que la tripulación no está varada en el espacio y que la cápsula es segura. Steve Stich, responsable del Commercial Crew Program de la NASA, dijo que la Starliner está disponible y que puede volver a la Tierra en casos de emergencia, pero están considerando extender su regreso más allá del límite de 45 días establecido inicialmente.
Los problemas comenzaron con pequeñas fugas de helio durante el lanzamiento de la Starliner, aunque la nave logró acoplarse exitosamente a la ISS después de un segundo intento. La nave, tiene suficiente gas y sistemas redundantes, pero a pesar de eso se están evaluando problemas en el sistema de propulsión y realizando simulaciones de contingencia para garantizar un regreso seguro.
Al principio se anunció que la nave regresaría el 26 de junio, pero después la agencia espacial estadounidense canceló este plan sin una fecha clara en el horizonte. La razón detrás de este retraso no es otra que aprovechar al máximo la nave en el estado en el que se encuentra para estudiar todos sus fallos con inspecciones en el espacio y paralelamente con pruebas terrestres en las instalaciones de la NASA, en concreto en el White Sands Test Facility.
Uno de los temas en los que se han centrado es en la fuga de helio, aunque esto no es un problema para el regreso de la nave, que tiene gas suficiente y un sistema redundante. Además, el circuito se encuentra cerrado mientras que está acoplado a ISS, por lo que no hay filtraciones en este momento. “Hicimos una verificación de fugas el sábado 15 de junio y las tasas de fuga en realidad disminuyeron en todos los colectores, los cinco que tenían fugas”, declaró Stich.
Los especialistas también están abocados a analizar el sistema de propulsión, que tuvo fallos durante el primer intento de acoplamiento a la ISS (el segundo acoplamiento fue exitoso). En este punto se están evaluando las pruebas terrestres realizadas recientemente al tiempo que se trabaja en escenarios de contingencia simulados para garantizar el rendimiento de los sistemas de respaldo de la nave en caso de que estos fueran necesarios durante el regreso de la Starliner.
En cualquier caso, la Starliner ha sido diseñada para permanecer mucho más tiempo en el espacio en caso de ser necesario. Ahora bien, una de las preguntas que pueden surgir en medio de este escenario es por qué las pruebas no se realizan con la nave en tierra, cuando aterrice. Esto se debe a que el módulo de servicio de la nave, donde está el sistema de propulsión, no es reutilizable y se pierde durante el reingreso a la Tierra. Cada misión utiliza un módulo de servicio nuevo.