Después de la temporada de lluvias, los campos de México se llenan del color característico del Cempasúchil, una de las flores más bellas y tradicionales que se dan en este país.
La flor llega para adornar una de las festividades que más caracterizan a México: el Día de Muertos. Te contamos algunos secretos de esta hermosa flor.
Originaria de México, su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa: flor de 20 pétalos.
En la época prehispánica, los mexicas relacionaban el color amarillo de esta flor con el sol, por ello, la utilizaban en altares, ofrendas y entierros dedicados a sus muertos. De hecho, para los mexicas esta peculiar flor simbolizaba la vida y la muerte.
La tradición es hacer senderos con las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa con la finalidad de guiar a las almas hacia los altares.
Pero además de su historia el cempasúchil tiene usos medicinales, principalmente para el tratamiento de padecimientos digestivos, fiebre e incluso enfermedades respiratorias como la tos.
En algunos lugares se utiliza para tratar problemas de la piel como verrugas, salpullido y llagas, entre otros.
También se utiliza para obtener colorante natural para teñir objetos, prendas o alimentos, en la avicultura suele utilizarse para alimentar a las aves con el fin de que su piel y la yema de los huevos aumenten su coloración amarilla, también es la materia prima para elaborar cervezas artesanales, nieves o un buen pulque.
De las 55 especies que existen de esta flor, 30 se dan en México y es por eso que su uso se remonta a la historia de este país.