N19 | Agosto | 2021
Por Blackstone Editorial
—¿A qué le debe apostar una empresa en lo que se refiere a asuntos de Derecho Fiscal y Administrativo? —repite nuestra pregunta Elías e inmediatamente nos responde— Yo creo que cualquier empresa debe apostar e invertir en prevención, no solo en materia de Derecho Fiscal y Administrativo, sino en cualquier ámbito legal. Es una cultura que lamentablemente no tenemos en México, es decir, no estamos acostumbrados a destinar dinero a la prevención ya no digamos en temas legales, ni siquiera en otros aspectos de nuestra vida.
“Es muy importante que al interior de una empresa existan controles internos y soportes de toda la proveeduría. Cuando no existe este tipo de respaldos le abrimos la puerta a la incertidumbre y si las autoridades fiscales someten a una auditoría a la organización en turno se corre el riesgo de caer en un terreno litigioso muy problemático, lo que nos significará acudir con un abogado que ofrezca sus servicios para enmendar los errores que se habrían resuelto a través de acciones preventivas. De verdad, nosotros, que nos dedicamos al litigio, les recomendamos a nuestros clientes que estén muy preparados para cualquier escenario, de ahí la necesidad de invertir en prevención: verificar que todas las operaciones sean reales, se encuentren bien elaboradas, que cuenten con los respectivos sustentos materiales, etc.
—Como reza el dicho —precisa José Andrés— “Hay dos cosas inminentes o de las que no puedes escapar: la primera es la muerte, y la segunda son los impuestos”. El sector empresarial en México percibe una suerte de persecución a través de distintos procedimientos fiscales para desincentivar sus actividades, incluso podríamos reconocer que existe terrorismo fiscal, ¿por qué? Sin ánimo de entrar en discusiones políticas ni incurrir en asuntos de colores partidistas, lo cierto es que la actual administración federal ha impulsado una serie de acciones que, lejos de fomentar la actividad empresarial, la han desincentivado; de hecho, para quienes están al frente de compañías reconocen una suerte de terrorismo fiscal, ¿por qué? Por el considerable número de auditorías, más gestiones por parte de la autoridad hacia el contribuyente, entre otras determinaciones. Pareciera que la directriz es sacar ingresos de los espacios corporativos por medio de iniciativas tributarias y administrativas. Como se dice coloquialmente, el Gobierno Federal ha apretado al empresariado mexicano, de ahí que una de las principales labores de nuestra firma consista en brindar consultoría, apoyo y defensa a las empresas frente a las determinaciones que suceden en los distintos niveles de gobierno.
Platicamos con José Andrés Valdés Barba y Elías Eduardo Abasolo Elías, fundadores de AVA Legal, una firma dedicada a resolver asuntos en materia de Derecho Fiscal y Administrativo. Después de trabajar para otras firmas y despachos, José Andrés y Elías decidieron sumar esfuerzos, enfocar acciones y asumir el desafío de abrir su propia firma. Si bien AVA Legal abrió sus puertas en enero de 2021, a menos de un año de iniciar actividades profesionales y en medio de la pandemia por coronavirus, el despacho ha crecido a pasos agigantados, fruto de los más de diez años de experiencia que distinguen a José Andrés y a Elías.
En esta conversación, nos comparten un poco del trabajo que realizan en AVA Legal y la manera en que conciben la práctica del Derecho, las recomendaciones que suelen compartir con sus clientes y algunos otros aspectos de su ejercicio profesional.
Somos el escudo protector de las empresas
A veces creemos que los gobiernos son todopoderosos y que la ciudadanía, así como las empresas carecen de medios para defenderse de ciertas iniciativas, acciones y medidas; no obstante, parte del trabajo de José Andrés y Elías consiste en desplegar mecanismos legales para que las empresas puedan defenderse del actuar de los distintos niveles de gobierno, en especial, lo relacionado con asuntos de impuestos, tributarios y administrativos.
—Nosotros nos centramos en asuntos de impuestos —nos comparte Elías—. Por ello, solemos atender más bien a empresas, personas morales, que a personas físicas. Entre los principales problemas que asumimos son los relacionados con la administración pública y tributaria. Contrario a lo que el común denominador de las personas pensaría, nuestro objetivo no siempre consiste en llevar los asuntos al terreno del litigio; en la medida de lo posible, buscamos que todo se resuelva a través de acuerdos, privilegiando, por supuesto, los intereses de nuestros clientes. Claro, en ocasiones la mejor solución será en el terreno litigioso, pero si está en nuestras manos llegar a mejores soluciones por otras vías, siempre trataremos de hacerlo así.
—En este sentido, parte de nuestro trabajo —continúa José Andrés— exige que nos mantengamos informados de las problemáticas sociales, económicas, políticas y financieras, a nivel local, nacional e incluso internacional. Para nadie, por ejemplo, es un secreto que la pandemia nos ha sumido en una importante crisis económica; tal vez no la hemos resentido en toda su magnitud, pero todos los indicios nos revelan que vamos hacia un dramático escenario de crisis.
“Ahora bien, no basta con reconocer lo evidente; por el contrario, nos toca estudiar el contexto para anticipar golpes, determinaciones, iniciativas o cambios en la ley. Al respecto, queremos insistir en que la política federal, como lo señalábamos hace un momento, ha enfocado las actividades y acciones en los asuntos recaudatorios: apretar a las empresas mexicanas y sacar ingresos de ellas.
—Una vez que analizamos todos los escenarios, nos dedicamos a localizar las posibles soluciones a las problemáticas que nos llevan nuestros clientes —nos comparte Elías—. Enseguida, presentamos aquellos esquemas que constituyen verdaderas soluciones integrales, honestas con el cliente y que benefician a todas y a todos, insisto, no solo desde la perspectiva litigiosa, sino también de la conciliación de acuerdos, buscando proteger a nuestro cliente en todo momento.
El mundo actual exige que seamos multidisciplinarios
Los tiempos actuales exigen que las empresas sumen a profesionales de las más diversas disciplinas, con la finalidad de conformar grupos de trabajo más consolidados y también con mayor capacidad de servicio. Ante este nuevo contexto, les pedimos a José Andrés y a Elías que nos platiquen de esta virtud que también caracteriza a su firma.
—Nuestros primeros aliados estratégicos son los profesionales de la contabilidad —afirma Elías—, pues son quienes se encuentran en la primera línea de batalla en los asuntos de jurídica tributaria. Con ellos nos toca hacer una importante mancuerna, porque lo cierto es que los despachos ya no pueden limitarse a una sola disciplina o un solo ejercicio. No estoy negando ni rechazando la especialización, más bien a lo que me refiero es que incluso al prestar servicios especializados, tenemos que integrar a profesionales de muchas disciplinas, pues de esa manera dejamos blindados de una mejor manera a nuestros clientes. Entonces, además de contadores, también integramos a especialistas en administración, fiscalistas, entre otras áreas.
—En promedio —interviene José Andrés— buscamos que cuando menos haya de 4 a 5 profesionales en los equipos de trabajo que conformamos al hacernos cargo de los asuntos legales que llegan a la firma. De esta manera, nos apropiamos de la problemática de nuestro cliente, pero sobre todo lo abordamos como si fuera el único proyecto que tuviéramos. Así, no solo nos vamos en búsqueda del servicio personalizado, sino de una cartera de servicios que aspiran a la total focalización, al detalle y la exclusividad. Para mí, la atención, como tal, es un recurso finito y lo que un abogado vende es tiempo, de ahí que debamos administrarlo muy bien, es decir, conformar equipos altamente capacitados que le dediquen exclusividad a cada asunto.
—Queremos que las y los profesionales que llegan a nuestra firma tengan una realización en la disciplina, pero también como personas —y Elías enfatiza esta idea—: esa es una de las aspiraciones que tenemos en el despacho. Pues en la medida en que el despacho se consolida con talento, tendremos lo necesario para continuar posicionando nuestra firma en el estado y el día de mañana convertirnos en una firma que sea referente en nuestro país, sobre todo en asuntos fiscales y administrativos.
Profesionales que forman a otros profesionales
Nos servimos un cafecito para seguir disfrutando de la plática. En seguida, tocamos un tema que, hasta cierto punto, es común en las diferentes áreas del Derecho: profesionalizar la vocación mientras se es estudiante. José Andrés y Elías nos hacen saber que disfrutan recibir a estudiantes y a pasantes de Derecho, pues su intención es formar abogados de la más alta calidad, pues ellos mismos adquirieron más experiencia en la medida en que se desempeñaron en diversos despachos legales.
—En nuestra firma, buscamos que nuestros colaboradores tengan un buen perfil académico; ese es nuestro primer indicio. Ahora bien, una vez que se integran con nosotros, tanto a los estudiantes como a los pasantes los tratamos y los vemos como abogados en toda la extensión de la palabra, lo que supone asumir las responsabilidades que ello implica. De igual modo, estas responsabilidades crecerán en la medida en que ellos obtengan más experiencia.
—Desde nuestra perspectiva —reconoce Elías— la función de un abogado o abogada consiste en proteger el patrimonio de las empresas y de las personas. Cuando haces bien tu trabajo y algún cliente nos concede el honor de su recomendación, nosotros reafirmamos nuestra filosofía: brindar el 100% de nuestra atención a los proyectos que llegan al despacho, en los términos, por ejemplo, que supone una actividad exclusiva.
“Como abogados litigantes, siempre estamos defendiendo actos perfectibles de la autoridad, es decir, lo que se gana hoy, el día de mañana probablemente no se pueda ganar. Por ello, necesitamos estar en constante estudio, en constante investigación y no bajar la guardia, no caer en excesos de confianza. Para bien o para mal, el Derecho es una disciplina objetiva, porque todo tiene un resultado tangible. Nos jugamos el éxito profesional a ganar o perder.
La virtud del éxito
Un tema que a todas y a todos nos interesa es el que se refiere a la concepción del éxito, pues de alguna manera es la aspiración que anhelamos en nuestro ejercicio profesional, en particular, y en la vida, en general. Al respecto, les pedimos a José Andrés y a Elías que nos compartan un poco sobre la forma que para ellos tiene el éxito.
—Una vez leí que el éxito es lo que pone en relieve las virtudes —afirma José Andrés— En este sentido, el éxito en una disciplina como el Derecho se manifiesta en las sentencias. Para nosotros, es muy gratificante que, a lo largo de nuestra vida profesional, hemos visto que la gran mayoría de los asuntos que llegan a nuestras manos, los podemos resolver por medio de una sentencia. Llegamos a la solución a través de una sentencia, a partir de la cual constatas que te conviertes en un factor para proteger y salvaguardar el patrimonio de los contribuyentes.
—Parte de nuestro éxito tiene que ver con la honestidad con la que nos conducimos en todo momento —reconoce Elías— Yo considero que un abogado es un prestador de servicios que resuelve la ignorancia jurídica de las personas, con base en esta caracterización, considero que el abogado tiene el compromiso moral y profesional de siempre hablarle con la verdad al cliente y no aprovecharse de esa ignorancia, del desconocimiento que el cliente tiene de las leyes. El abogado, no nada más en materia fiscal, sino en cualquier rama del Derecho, siempre y en todo momento debe hablarle con la verdad a su cliente. Es un ganar-ganar, porque si al cliente le va bien, al abogado le va a ir bien. Para nosotros, en la firma, el asunto medular es crear un compromiso con el cliente, crear sociedad. No solo durante el tiempo que dure el asunto, sino llevarlo más allá, pues creemos que, desde esta alianza estratégica, hay un mejoramiento en la sociedad, en conjunto, como comunidad.
Aunque nos quedan algunos temas y pláticas en el tintero, nos despedimos de José Andrés y de Elías. Repasamos las ideas y reflexiones que conversamos y nos quedamos sobre todo con la importancia de prevenir, antes que resolver problemas, una cultura que, como bien dicen ellos, aún nos hace mucha falta en México.