Tras siete años de ausencia musical, este domingo 12 de febrero la cantante Rihanna regresó a los escenarios con un inolvidable show en el medio tiempo de la edición número 57 del Super Bowl.
Aunque su retorno fue icónico e inolvidable por su dinamismo y por la peculiaridad de haber cantado y bailado en plataformas elevadas en el aire, este también se marcó por el anuncio de su segundo embarazo, luego de que el año pasado diera a luz a su primer hijo, siendo el rapero A$AP Rocky su pareja.
Sin embargo, la cantante barbadense ya antes había rechazado encargarse del halftime show, eso para el Super Bowl LIII, en el 2019, justo un año antes de la pandemia.
En ese entonces, la también diseñadora de modas declaró para la revista Vogue que “no podía venderse”, ello, tras los hechos racistas en los que ha estado involucrada la NFL.
Dijo para Vogue: “No podía atreverme a hacer eso. ¿Para qué? ¿Quién gana con eso? No mi gente. Simplemente no podía ser una vendida. (…) Hay cosas con las que no estoy de acuerdo para nada en esa organización, y no iba a acudir y servirles de ninguna manera”.
¿Por qué lo rechazó?
La reacción en ese entonces de “Riri” se vinculó, entre otros hechos, a cuando el jugador Colin Kaepernick, de San Francisco, se arrodilló mientras sonaba el himno nacional de los Estados Unidos, en el 2016, como protesta por la injusticia racial y la brutalidad policiaca de ese país. Al menos hasta el 2019, dicho jugador no volvió a ser contratado.
No obstante, tres años después sería contactada, nuevamente, para encargarse del show de medio tiempo. En esta ocasión aceptó, pero justo bajo la premisa de poner en alto el nombre de los migrantes, de Barbados y de las mujeres negras.
En la rueda de prensa previa al gran evento, Rihanna declaró: “cuando recibí la llamada otra vez para hacerlo ahora, al principio estaba como… ‘¿Están seguros? Tengo 3 meses de postparto, ¿debería estar haciendo decisiones tan importantes ahora? Podría arrepentirme’. Pero cuando te conviertes en mamá hay algo que simplemente pasa que sientes que puedes contra el mundo, hacer lo que sea y el Super Bowl es uno de los escenarios más grandes del mundo, así que, sin importar el miedo que me diera porque no he estado en un escenario en siete años, hay algo emocionante sobre el reto que es”.