N32 | Septiembre | 2022
David Fernando Valdés Reynoso está al frente de la firma de arquitectura que lleva su nombre. A lo largo de su trayectoria profesional se ha hecho acreedor a diversos premios y reconocimientos por su trabajo y aportaciones en arquitectura, como el 2º lugar nacional en los Premios CEMEX, además obtuvo el 1er lugar y dos menciones especiales en los Premios INTERCERAMIC. Para David Valdés, la arquitectura es la posibilidad de convertir un terreno en un espacio funcional dotado de sobriedad, armonía y elegancia.
“La principal tendencia que debe existir en arquitectura es volver a lo básico”, afirma David Valdés, “Ello nos exige entender correctamente un lugar, las características del espacio, a sus usuarios, entre otros aspectos. De este modo, logramos que la arquitectura funcione y responda de la mejor manera a las exigencias tanto del cliente como aquellas que impone el lugar en donde levantaremos una construcción. Así, también aprovechamos de mejor forma la tecnología y las energías renovables, sin apartarnos del objetivo de la arquitectura: resolver espacios —sí, que sean habitables—, pero que generen sensaciones y experiencias”.
Para David Valdés, la arquitectura es el arte de plasmar una idea en el papel en blanco, a través de líneas y figuras geométricas que el arquitecto convertirá en realidad sobre un terreno en el que antes no había nada, pero que a partir de ahora albergará el más impresionante de los hogares o el más imponente edificio, con el desafío de que todos los elementos que lo componen estén al servicio del bienestar de las personas que ahí vivirán y habitarán sus espacios y ambientes.
“Para lograrlo”, explica David Valdés, “Es muy importante que conozcas a tus clientes, saber cuál es su estilo de vida, qué es lo que más disfrutan, las razones por las cuales eligieron un terreno para construir su hogar o el proyecto que desean ver hecho realidad. Una vez que tienes todo ello en mente, puedes observar con mayor claridad el espacio donde vas a ejecutar el proyecto, es decir, su ubicación, su orientación, sus características físicas y geológicas, etc. De esta forma, tendrás más y mejores elementos para poner tu talento al servicio de tus clientes”.
David Valdés estudió arquitectura en la Universidad Iberoamericana y, al concluir su formación, realizó una maestría en Diseño Interior en la Universidad Politécnica de Cataluña, en Barcelona. Es un profesional con más de 20 años de experiencia en la arquitectura y el ámbito de la construcción. En 2008 decidió abrir la firma que lleva su nombre: David Valdés Arquitecto, desde donde ha ejecutado proyectos que le han merecido diversos reconocimientos y lo han catapultado en la escena de la arquitectura nacional e internacional.
Un arquitecto anti-tendencias
“En realidad, me considero un poco anti-tendencias”, reconoce David Valdés, “Por eso, cuando me preguntan, por ejemplo, sobre las nuevas tendencias en arquitectura, lo primero que pienso es en algo que perderá vigencia con mucha rapidez. Hoy en día, las llamadas tendencias en arquitectura desafortunadamente muchas veces surgen de las redes sociales. Vivimos una época en la que tenemos información por todos lados y con gran facilidad podemos conseguir prácticamente lo que queramos. Por supuesto, es muy cómodo, pues todo está a nuestro alcance; sin embargo, en el caso de la arquitectura, esta dinámica ha provocado que todo se confunda y se revuelva. En consecuencia, corremos el riesgo de perder la identidad y apartarnos de aquello que en verdad es importante, de aquellos aspectos y elementos que le dan sentido a nuestra vida”.
Tanto en su faceta como profesional de la arquitectura como en su vida cotidiana, David Valdés se concibe a sí mismo como una persona muy práctica, funcional y que ama su trabajo: la vocación de transformar los espacios para generar armonía, elegancia y belleza.
“En mi opinión, la principal tendencia que debe existir en arquitectura es volver a lo básico”, afirma David Valdés, “Esta máxima demanda que, como arquitectos y como profesionales de la construcción, entendamos correctamente un lugar, sus características, sus usuarios, es decir, todos los elementos que involucre, para que funcione y responda de la mejor manera a las exigencias de quienes lo habitarán”.
El distintivo de la firma David Valdés
A lo largo de su trayectoria profesional, David Valdés ha consolidado su firma por la alta calidad de sus diseños, la ejecución y gran atención al cliente, bajo la máxima de buscar todos los días que el trabajo realizado tenga el nivel de satisfacción y el cariño que amerita aquello que se hace por uno mismo. Para plantearlo en términos coloquiales, lo anterior significa que las cosas se hagan como si fueran hechas para nosotros mismos. De este modo, la firma David Valdés es también sinónimo de confianza, calidad, honestidad y servicio.
La arquitectura es una de las bellas artes, es decir, una disciplina que convive con la literatura, la pintura, la escultura, la música, la danza y, más recientemente, con el cine. Así, cuando identificamos a Miguel de Cervantes Saavedra con una obra como Don Quijote de la Mancha o a Ludwig van Beethoven con la 9ª Sinfonía, en el concierto del mundo también destacan los grandes artistas de la arquitectura, como Antoni Gaudí y la Basílica de la Sagrada Familia, y, en el caso de México, Luis Barragán o Juan O’Gorman, cuyo trabajo posee una estética que los distingue e identifica. Para David Valdés, en arquitectura es mejor aquello con propuestas sobrias, sencillas, claras y honestas, pues estas virtudes le dan sentido y atemporalidad a un proyecto.
“No creo aún tener un estilo arquitectónico definido”, dice David Valdés, “Pero creo que, en la arquitectura como en otros ámbitos de las artes y de la vida misma, es mejor aquello que es sobrio, sencillo, claro, honesto, pues estas virtudes le dan sentido y atemporalidad a un proyecto. En mi opinión, estos atributos provocan que las personas se sientan atraídas por el trabajo que hacemos en la firma y nos elijan para realizar sus proyectos”.
Hacer ciudad
En palabras de David Valdés, más que un reto para la arquitectura, el desafío de crear ciudad es un reto para la humanidad, pues finalmente todas las personas aspiran a tener ciudades limpias, seguras, bien comunicadas, caminables, con áreas verdes, dotadas de infraestructura vial, cultural, deportiva, cerca de todos y para todos; sin embargo, la economía desigual, la falta de educación, la corrupción, la voracidad de gobiernos y de algunos desarrolladores suelen poner otros intereses por delante del bienestar de las personas y de nuestro mundo.
“Arquitectónicamente hablando, debemos crear proyectos que propicien la interacción de las personas”, explica David Valdés, “Proyectos que detonen la convivencia de distintos usos y grupos; que revivan o detonen un lugar determinado. A nivel individual, hay que empezar por la imagen de nuestra casa, de nuestro negocio, respetando o mejorando la imagen del conjunto. Cuidar árboles y jardines, mantener limpio nuestro entorno, entre otros aspectos elementales”.
David Valdés ha participado en diversos proyectos comerciales, industriales y residenciales. En cada uno de ellos, ha recibido valiosas enseñanzas de sus colegas, socios o clientes, así como de los propios desafíos que supuso la ejecución de cada uno de esos proyectos.
“Al hablar de «crear ciudad» y de «identidad»”, señala David Valdés, “Creo que de lo que hemos hecho lo que mejor encaja en estos conceptos de actualidad es el condominio Tierraverde, en el que tuve la oportunidad de formar parte de un gran equipo de desarrolladores, urbanistas, paisajistas, diseñadores y arquitectos. En este proyecto, la coordinación de todos resultó en un desarrollo pensado para el ser humano, donde es posible caminar, jugar, patinar, andar en bicicleta, hacer ejercicio, vivir con seguridad y en contacto con la naturaleza, es decir, la definición de hacer ciudad”.
Elegir a David Valdés
La construcción del patrimonio es uno de los momentos más importantes en la vida de una persona; sin embargo, este momento clave no siempre se visualiza en la dimensión que realmente exige, ya sea por el solo desconocimiento o el desinterés de algunas personas. En este contexto, es importante escuchar aquello que los profesionales de la arquitectura pueden decir acerca de lo que resulta mejor al momento de elegir una firma de arquitectura para construir nuestro patrimonio.
“En primer lugar, hay que saber si buscas un arquitecto o a alguien que te ejecute una casa”, afirma David Valdés, “En México, hay muchísima gente que construye, pero que no tiene ni idea ni preocupación por el diseño arquitectónico, de ahí que se limite a ofrecer un precio por metro cuadrado. En mi opinión, si buscas trabajar con un arquitecto es porque te interesa el diseño y porque te interesan los espacios interesantes y funcionales. Ahora bien, para elegir a un arquitecto es importante conocer su trabajo, su lenguaje e identificarse con él”.
David Valdés ilustra esta dinámica de la siguiente manera: imaginemos que tengo la oportunidad de pedirle un cuadro a uno de los grandes artistas de todos los tiempos, como Pablo Picasso; en ese sentido, acudo a él, porque conozco su trabajo y deseo ser dueño de alguna de sus obras, es decir, no busco a Pablo Picasso para pedirle un Rembrandt, un Monet o un Dalí; me acerco a Picasso, porque hay algo en su obra que se identifica conmigo, que hace eco en mis gustos, anhelos y en mi propio aforo de añoranzas.
Algo similar sucede en la relación que establecemos con un médico, al que casi siempre llegamos por la sincera recomendación de algún familiar o de un buen amigo. Al médico le compartimos nuestras molestias, padecimientos e inquietudes, pero también lo escuchamos para conocer la estrategia que nos proponga para solucionar nuestras afecciones.
Estos ejemplos de una u otra forman nos muestran la dinámica bajo la cual conviene elegir a un arquitecto: por la afinidad que sentimos con su trabajo, por las emociones que evoca en nosotros los espacios que crea y porque nos permitiremos escuchar la asesoría que nos puede ofrecer para diseñar un hogar único e incomparable.
“Alguien que elija trabajar con mi firma de arquitectura”, señala David Valdés, “Debe ser alguien que coincida con que las cosas se deben pensar, hacerse bien para que sean durables; implica ser honestos, ser transparentes, cumplidos y responsables. Creer que lo sencillo, la pureza y la sobriedad son más elegantes que lo rebuscado y lo recargado. Debe ser alguien que permita que su arquitecto le proponga y lo convenza. Alguien que quiere estar orgulloso de tener o vivir en un artefacto arquitectónico creado exclusivamente para él y que además valdrá más de lo que cuesta: un David Valdés”.