Por Joaquín Cruz Lamas
Hace poco leía un cartón de Paco Calderón donde decía que ya había visto varios de los grandes clásicos del cine durante estos días: Casablanca, Lo que el viento se llevó, Doctor Zhivago, etc. No es mala idea; es algo que se puede hacer durante estas épocas que la providencia o el destino nos ha hecho vivir. Siguiendo, pues, el ejemplo del señor Paco Calderón, y al margen de sus preferencias políticas, por supuesto, me permito hacer una recomendación de piezas cinematográficas para disfrutar en casa mientras pasa la tormenta.
Comencemos con el cine nacional para hacer justicia a los grandes talentos que hemos heredado de la tierra que nos vio nacer. Mi favorita absoluta del cine clásico mexicano es Dos tipos de cuidado. En ella, Pedro Infante y Jorge Negrete hacen gala de sus dotes musicales; la historia gira en torno a amores y desamores, así como los malentendidos entre dos viejos amigos. Sin embargo, el filme parece estar inspirado en la música misma, ésta es como un personaje más de la narrativa y, claramente, el pretexto perfecto para disfrutar de las voces de los dos protagonistas. De nuestro cine nacional, recomiendo también las películas de Cantinflas, aunque quizá mi favorita es El patrullero 777. Definitivamente, las de Mario Moreno son películas que se pueden disfrutar en familia y resultan muy amenas. Finalmente, del cine clásico nacional, recomendaría también Nosotros los pobres.
En cuanto a cine internacional, hay demasiado qué decir. Sólo tocaré algunas de mis películas favoritas. Entre ellas están dos de las recomendadas por Paco Calderón: Casablanca y Lo que el viento se llevó. La primera es una cinta muy corta que cuenta una historia de amor y sacrificio. Tiene escenas profundamente conmovedoras y el final es precioso. La segunda tiene el mérito de haber sido la primera película filmada a color y cuenta las desventuras de una joven que vivió uno de los episodios más violentos de la historia norteamericana: la guerra civil. He de admitir que es una película que me dejó un poco insatisfecho, pero, por supuesto, no revelaré el final y dejaré que cada quien haga su propio juicio. La otra película que me gustaría mencionar es El violinista en el tejado. Ésta cuenta las vivencias de una familia judía que vive en Rusia a inicios del siglo XX. Ofrece una visión de la vida que acepta el sufrimiento desde una perspectiva jocosa. Además, el hecho de que sea un musical nos deja con canciones memorables que son joyitas en sí mismas.
“Siguiendo el ejemplo del señor Paco Calderón, me permito hacer una recomendación de piezas cinematográficas para disfrutar en casa mientras pasa la tormenta.”
Joaquín Cruz Lamas