Por Jesús Armando Vilchis Venegas
Estarán de acuerdo en que si abril de 2021 fuera resumido en memes, el puesto número uno lo ocuparía el logo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
No dejó indiferente a nadie, pues hubo críticas en todo sentido: composición, colores, el mamut, incluso el hecho de que parece que el avión va a chocar con la torre de control. En pocas palabras, el logo fue un total desastre.
La solicitud del registro de marca de este controvertido logo fue presentada por la administración del propio aeropuerto, la sociedad mercantil Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, S.A. de C.V., el día 3 de febrero del 2021. Al respecto, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en un trámite inusualmente rápido, lo hace del conocimiento público a través de la Gaceta de la Propiedad Industrial, el 15 de febrero.
Se presentaron dos solicitudes, para proteger adecuadamente dos clases de servicios conforme al clasificador oficial: La clase 35, para proteger, entre otros, los servicios de gestión empresarial de aeropuertos.
2. La clase 39, para proteger el servicio de aeropuerto.
Ambas solicitudes avanzaron en su trámite hasta los estudios fonéticos que realiza el IMPI para determinar si existe similitud con marcas registradas o previamente en trámite, y en mi opinión, eran francamente procedentes.
En redes sociales, circuló un comentario que señalaba que la marca presentada por el aeropuerto no podía ser registrada, en virtud de que existe otra marca con un nombre idéntico en las mismas clases. Y sí, es verdad que existe una marca denominada EL NUEVO FELIPE ANGELES, en la clase 35, pero se otorgó para proteger el servicio de comercialización de pescado y mariscos no vivos, es decir, nada de qué preocuparse en caso de que se tuviera que defender.
Sin embargo, parece ser que las fuertes críticas sobre el diseño del logo fueron suficientes para que la autoridad reculará sobre su pretensión. Así, el 15 de abril presentaron el desistimiento del registro de la controvertida marca, convirtiéndola desde ese momento en una imagen del dominio público.
Otra víctima que solamente sirvió para alimentar la insaciable hambre de memes de internet.