En el 2006 el mercado de las pizzas en México empezó a cambiar rápidamente. En ese año la compañía estadounidense Little Caesars abrió su primera sucursal en México y, poco a poco, fue consolidándose en todo el país gracias a su propuesta de pizza caliente y disponible al instante.
Con la llegada de esta ya poderosa marca, otras marcas, tanto nacionales como internacionales, debieron repensar sus procesos para no ser desplazadas. Domino’s Pizza fue una de esas marcas que logró, ante todo, mantenerse en el mercado mexicano de las pizzas.
Aunque Little Caesars creció exponencialmente, Domino’s Pizza sigue dando batalla. Prueba de ello es el anuncio de 550 millones de pesos para el próximo año.
Con esa inversión se pretende alcanzar las mil unidades de ventas en todo el país.
“Este año -2023- invertimos más de 390 millones de pesos en aperturas. El próximo año vamos a invertir más de 550 millones de pesos. Vamos a generar dos mil nuevos empleos y la idea es poder llegar a la tienda número mil”, dijo Cosme Torrado, director de Domino’s en México.
La inversión anunciada representa el mayor ritmo de crecimiento de la cadena desde 2013, hace diez años, cuando la empresa pasó de 379 a 590 unidades año contra año.