Egresada del Centro Médico Nacional “La Raza”, que de acuerdo con el World’s Best Hospitals 2022 fue catalogado como el quinto mejor hospital de México, y con subespecialidad en neuroanestesiología por el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” -nosocomio también de referencia internacional-, la doctora Hilda Judith de la Serna Soto es hoy por hoy la referencia absoluta en lo que respecta a la neuroanestesiología en Aguascalientes, una especialidad que pocas personas en el país han logrado obtener.
Si bien es cierto que la esperanza de vida ha aumentado gracias a diversos factores sociales y coyunturales, la realidad es que la medicina también juega un papel importante al respecto: gracias a los nuevos avances médicos y científicos se tiene mejor tecnología para realizar operaciones o, por ejemplo, gracias al trabajo en los laboratorios fue que las farmacéuticas pudieron echar a andar las vacunas contra el covid-19, la enfermedad que causó una pandemia mundial y por la cual cientos de miles de personas murieron. De no ser por esas vacunas, más personas habrían fallecido.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y con base en cifras del Global Burden of Disease Study 2019, “En el período de 1990-2019 la trayectoria de la esperanza de vida mantuvo una tendencia creciente en todas las subregiones que componen la región de las Américas” (Organización Panamericana de la Salud, n.d.).
En ese sentido, la medicina, su evolución y sus constantes enriquecimientos tecnológicos han servido para que las familias puedan seguir completas, para que las cirugías sean cada vez menos riesgosas, y para que las intervenciones sean cada vez más precisas. Eso lo entendió bien la doctora Judith de la Serna, quien al contrario del discurso común, ella opina que, por ejemplo, la Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta que ha venido a mejorar la salud y la seguridad de las personas que ponen su vida en las manos de la medicina.
Para Blackstone Magazine, la reconocida médica habló sobre la neuroanestesia, su relevancia en el contexto actual, su relación cercana con la IA y sobre los mejores resultados que, en conjunto, ahora se pueden obtener.
Judith de la Serna: seguridad y tranquilidad en el quirófano
Con las credenciales ya presentadas, de la Serna no solamente es -según el portal de Doctoralia-, una de las y los 20 anestesiólogos más recomendados de Aguascalientes, sino que, en realidad ella, con su subespecialidad, fue en su momento la primera neuroanestesióloga que llegó al estado.
Con diplomados en anestesia regional guiado por ultrasonido, ecografía crítica y cuidados neurocríticos, la especialista explica, primero, qué es la anestesiología y por qué es tan importante en la sociedad actual.
“Básicamente, cuando hablamos de anestesiología, hablamos de una rama de la medicina que se encarga de brindarle al paciente seguridad durante un procedimiento anestésico. Pero esto no es solamente durante el quirófano, sino también antes y después de la intervención quirúrgica”, dice la experta.
Así pues, comenta que la anestesiología va más allá de sólo saber dormir a un paciente, lo que ya de por sí es una tarea sumamente difícil. “Nos encargamos, por ejemplo, de que el paciente no tenga dolor durante un proceso anestésico y que todos sus signos vitales se encuentren normales. El que yo valore a un paciente antes de entrar al quirófano”, agrega, “es muy importante porque evalúo todas sus comorbilidades. Pero también valoro su peso, su talla, su edad y su estado constitucional anatómico. Eso nos interesa mucho porque esa información nos ayuda a saber el tipo de fármacos que vamos a usar, así como para definir las dosis adecuadas para, primero, dormirlo, y segundo, claro: para despertarlo, y que así este salga en las mejores condiciones posibles en la etapa del postoperatorio”.
Si bien esa es la finalidad de la anestesiología, actualmente existe una subespecialidad aún más avanzada, subespecialidad que ya tiene Judith de la Serna: la neuroanestesiología. Esta, agrega la doctora, es una rama de la primera que se obtiene con otros dos años extra de estudio.
“Nosotros” dice, con respecto al grupo selecto de personas que llegaron hasta la neuroanestesiología, “estudiamos esta rama para brindarle al paciente neuroquirúrgico las mejores condiciones: en concreto, le damos seguridad al procedimiento neuroquirúrgico”.
De la Serna añade que la subespecialidad surgió justamente para poder dar una atención más especializada en cirugías que tienen que ver con el área neurológica, ya sea del cráneo o de la columna. Por ende, añade, las y los neuroanestesiólogos conocen bien qué se debe y puede hacer al momento de una intervención neuroquirúrgica.
Por su naturaleza, esta subespecialidad supone un trabajo coordinado y en equipo con un cirujano, con quien se deberá buscar el mejor resultado para la o el paciente. “Así nosotros podemos brindarle al paciente mayor seguridad y podemos saber qué complicaciones o qué eventos pueden esperarse durante ese procedimiento. Tenemos que darle la mayor tranquilidad al neurocirujano para que ese cerebro, cuando se opere, por ejemplo, esté relajado al momento de alguna intervención en un área importante o elocuente del mismo”, agrega.
La neuroanestesiología, por supuesto, es un avance científico y como tal echa mano de avances tecnológicos para mejorar. Y sobre este tema también habló la reconocida doctora.
IA, tecnología y quirófano
En el mundo actual, la IA ha sido un tema de debate. A partir de su surgimiento y crecimiento exponencial, muchos oficios o profesiones se han cuestionado, pues se piensa que esta puede llegar a desplazar a los trabajadores humanos. Sin embargo, en la medicina no es así. Al contrario. Para Judith de la Serna, la IA es más bien una herramienta que ha permitido perfeccionar la atención a la población.
“La IA llegó para innovar la anestesiología y esto tiene que ver con que es una especialidad de las más nutridas en la tecnología. Antes, nosotros, por ejemplo, dábamos las dosis como decía un libro” y ahora, con la infraestructura tecnológica que actualmente existe, ya es posible tener mediciones y conclusiones mucho más exactas, lo que a su vez ayuda a que el proceso médico sea más acertado y menos riesgoso.
“Antes, cuando yo era residente, no teníamos la tecnología suficiente que nos permitiera medir que al momento de una operación el paciente estuviera bien dormido, o poder medir que un paciente no tenga dolor, o poder medir que el paciente esté bien relajado. Es eso, antes no teníamos la posibilidad de medir tantas cosas. Pero, con el paso de los años llegó esta maravilla de la IA”, explica la doctora, quien, desde estudiante y hasta ahora, ha vivido de cerca este cambio y esta evolución.
Cuando se le cuestiona respecto a cómo es que la IA es en realidad una aliada y no una enemiga en la medicina, la neuroanestesióloga pone sobre la mesa uno de los avances más destacables: los monitores cerebrales.
Este tipo de artefactos permiten lo que antes jamás se hubiera podido pensar, como la posibilidad de poder monitorear cómo está funcionando un cerebro a través de ondas electroencefalográficas en tiempo real.
“Con esto ahora yo puedo ver cómo se comporta el cerebro humano; puedo interpretar cómo es la actividad eléctrica cerebral y cuál es el impacto de los anestésicos que yo estoy dosificando en el paciente”, explica de la Serna. Gracias a este tipo de artefactos cuyo motor está motivado por una IA, es que ahora las y los neuroanestesiólogos pueden sedar y despertar a los pacientes con una mayor precisión.
“El avance en los monitores cerebrales que por cierto, hay de distintos tipos, ayudó a que el anestesiólogo pueda dormir eficazmente a los pacientes. Pero también ayudó a poder tener más precisión a la hora de despertarlo. Lo que sucede es que, esos medicamentos que yo estoy administrando a mi paciente, yo tenga la seguridad de que esa dosis es la adecuada para esa persona específica, porque no es lo mismo una anestesia a un niño de dos años, que a un adulto de 85 años. Ese cerebro no es el mismo. Entonces, justamente la IA ayudó a automatizar todo”, añade.
La IA y la tecnología han dado oportunidad, inclusive, de poder medir el dolor. Lo que antes podría haber parecido una metáfora poética, ahora es una realidad y sirve para poder llevar un proceso quirúrgico de una manera más segura.
Eso se puede, comenta la doctora de la Serna, gracias a otro fruto de la modernidad: el Monitor de Nocicepción Analgésica (ANI). Gracias a este, dice, literalmente se puede medir el dolor. Con eso “yo puedo monitorizar el dolor de un paciente que está dormido y que está pasando por una cirugía. Con el ANI yo puedo monitorizar y, si está sintiendo mucho dolor, puedo inferir que necesita más -o menos- dosis”, señala la especialista.
Para Judith de la Serna, la neuroanestesiología no es solamente su profesión, sino también un ente cambiante, un ente que mejora y avanza con un principal motivo: más seguridad para las y los pacientes. Para ella, la IA no es una enemiga, es su aliada, y parte de su crecimiento, capacidad y valor agregado está en justo saber aprovechar estas herramientas para dar un mejor servicio. Ahí está el futuro de la subespecialidad. Hacia ya se dirigen los esfuerzos. Estos son los nuevos diálogos de la medicina.