El 2022 ha estado marcado por dos hechos que han transformado todas las expectativas en materia económica y de desarrollo no solo en México, sino en todo el mundo: las levadas tasas de inflación y los correspondientes aumentos a las tasas de interés en los diferentes bancos centrales alrededor del mundo.
Moody’s Analytics, una firma dedicada a formular prospecciones económicas sobre riesgo, desempeño y modelos financieros, así como servicios de consultoría, capacitación y software, proyectó que México no escapará a un escenario de recesión económica, mismo que tendría lugar a mediados del 2023 y que contraería el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país.
El fantasma de la recesión no solo está presente en México, sino que es un panorama que prevalecerá en la economía del mundo entero, como consecuencia de los estragos provocados por la pandemia por covid-19 y el conflicto entre Ucrania y Rusia, cuyas consecuencias se han resentido en los energéticos y en el incremento de diversos productos de la canasta básica.
Nuestro país mantiene estrechos lazos comerciales con Estados Unidos de América, donde las alarmas se han encendido recientemente, a causa del endurecimiento de las condiciones financieras que, a su vez, ejerce una importante influencia en el comportamiento de las empresas y, desde luego, de los consumidores, ahorradores e inversionistas.
Moody’s Analytics contempla que México entre en recesión a mediados de 2023, un fenómeno económico que tendría una duración aproximada de 9 meses. Para este año, se espera un crecimiento del 1.8% del PIB nacional; sin embargo, este porcentaje será insignificante, pues la Moody’s Analytics proyecta que la economía mexicana se contraiga en un 1.7% y que podría llegar al 3.4% antes de acabar el 2023. En caso de que el pronóstico se cumpla, la contracción de la economía de México sería mayor a la de EUA, que se calcula que ronde en el 2.1%.
El ambiente mejoraría entre enero y marzo de 2024, periodo en que, según las prospecciones de Moody’s Analytics, terminaría la recesión. Cabe señalar, por supuesto, que el 2024 estará marcado por la salida del Andrés Manuel López Obrador y las respectivas elecciones presidenciales. En este sentido, el sexenio de la autodenominada 4T quedará marcada por tres años en los que el PIB registró caídas: en 2019, con una contracción del 0.1%; el 2020, como consecuencia de la crisis de la covid-19, con una contracción del 8.5%, y la recesión que se espera el próximo año.
Finalmente, todos estos hechos suponen también la prevalencia de la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias por parte del Banco de México. Actualmente, la tasa de interés de Banxico se mantiene en 7.75%; sin embargo, se proyecta que la Junta de Gobierno aumente la tasa en medio punto, luego de la reunión que se celebrará el próximo 11 de agosto.