Aunque se tiene la creencia de que con más educación se puede superar la pobreza y la desigualdad, en realidad la educación -más que un derecho garantizado- todavía es un reto y una deuda en México.
Según datos de la Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia a la Educación (ENAPE), aunque el 78% de las familias esperan que los menores de los hogares, en realidad son pocas las personas que logran llegar a la educación superior, y aún menos las que logran un posgrado o especialización.
De hecho, en México sólo 2 de cada 10 adultos de 25 a 64 años cuenta con estudios superiores o de posgrado, de acuerdo a cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En este país sólo el 23% de la población adulta logra cursar la educación superior (universidad) y sólo el 21% llega a una especialización.
Estos datos son preocupantes ya que evidencian que la educación superior no está garantizada para toda la población, sino para un grupo pequeño de esta.
Considerando los datos de la OCDE, las cifras de México son significativamente bajas si se compara con otros países miembros de esta misma organización, como Dinamarca, Noruega, Lituania o España.
En esos países cerca del 50% de la población tiene estudios superiores.