Recientemente el prestigio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la hoy ministra Yasmín Esquivel Mossa se dañó luego de que se diera a conocer del plagio que ella cometió en su tesis de licenciatura, realizada en 1987.
En primera instancia, la ya doctora en derecho y que además ha tenido cargos de relevancia nacional, argumentó que no había cometido plagio pero luego, después de una revisión que llevó a cabo la UNAM, esta casa de estudios, la máxima del país, arguyó que sí hubo plagio.
Tras este hecho, el rector de la UNAM, Enrique Graue, recientemente dio a conocer que ya tienen 150 licencias de un software antiplagio, y lo que se pretende es justamente analizar las tesis que se han publicado ya para verificar si están libres de plagio.
El rector si bien anunció de esas licencias, no dio más información al respecto y no se sabe en específico qué programa será el que estarán utilizando.
La boga de los programas contra plagios
Aunque el caso de la ministra tuvo un evidente impacto mediático, al tratarse de un personaje tan público e importante en el país, en realidad los plagios son más comunes de lo que se cree.
Por tal, ya son distintas las marcas y las compañías que se han puesto a trabajar en softwares para evitar plagios de una manera más sencilla.
Probablemente el más popular es iThenticate, desarrollado por Turnitin. De ese mismo desarrollador también se originó Plagiarism.org, donde se contienen poco más de 99 mil millones de contenidos en archivos web, así como mil 800 millones de trabajos realizados por estudiantes, para poder revisarlos.