Por Joaquín Cruz Lamas
Se dice que, antes de que los hombres comenzaran a hablar, ya tenían consigo a la música. Al parecer, según los especialistas, ésta fue la primera forma de arte en ser desarrollada por el hombre primitivo y, muy probablemente, también fue su primera forma de comunicación. Originalmente surgió como una manera de contar historias; se valían de la voz humana y de sonidos producidos utilizando el propio cuerpo como instrumento de percusión. Casi se podría decir que con la música nace la civilización, al ser el elemento que nos reunió en torno a un fuego para compartir algo más que los recursos materiales.
Muchos años después, los griegos dieron el siguiente gran paso en el desarrollo de este arte. Fueron ellos quienes la formalizaron y sistematizaron. A ellos les debemos los distintos modos musicales que aún hoy en día sobreviven – el menos en versiones modernas. El mismo Aristóteles ya distinguía entre modos lidio, frigio y dórico. La música era, además, para la civilización griega, un vehículo de educación y cultura colectiva. Los jóvenes la tenían como parte elemental de su formación, ya que distintos estilos musicales les ayudaban a educar el carácter. En el teatro, el papel del coro era fundamental, era como un personaje más, y la música siempre acompañaba a la acción.
Siglos después, fueron los monjes medievales quienes se dedicaron a su estudio y desarrollo. A los benedictinos les debemos el sistema de notación que tenemos hoy en día, en concreto a un monje italiano llamado Guido D’Arezzo, que fue quien desarrolló la forma en que hoy en día se clasifican y organizan las notas musicales. Fueron ellos también quienes introdujeron el uso del tetragrama, el cual luego evolucionaría a pentagrama, como instrumento para registrar distintas notas musicales.
A partir de ahí, la música se desarrolló como lo que hoy en día conocemos como música clásica. Lo que podemos concluir de esta historia es que la música siempre ha estado ahí, siempre nos ha acompañado desde los albores de la civilización y probablemente siempre nos seguirá acompañando. Estará con nosotros, estoy seguro, mientras los humanos sigan siendo humanos.
“Con la música nace la civilización, al ser el elemento que nos reunió en torno a un fuego para compartir algo más que los recursos materiales.”
Joaquín Cruz Lamas