Según la Carta Democrática Interamericana, para que un proceso electoral pueda ser considerado verdaderamente democrático, es necesario que se cumplan con tres pilares fundamentales: deben ser libres, justos y periódicos.
Sin embargo, en un país como México, hay un problema que se interpone en esos tres pilares: la violencia. Más específicamente, la violencia electoral, ya que atenta en contra de la libertad, la justicia y la periodicidad de unas elecciones democráticas.
Este 2024 México está por vivir el proceso electoral más grande que haya tenido en su historia, no obstante, también se espera que sea el proceso más violento, por todos los asesinatos y las amenazas que ya se han visto.
Según la organización Laboratorio Electoral, en su primer reporte de violencia electoral se consignó que ya se han registrado 50 casos de violencia electoral desde el 4 de junio del 2023 al 7 de febrero del 2024.
En total, sólo hasta antes del reporte, ya se habían registrado 33 asesinatos relacionadas al proceso electoral; 16 de ellas eran aspirantes a una candidatura. “En promedio han sido asesinadas por mes más de 3 personas relacionadas al proceso electoral”, advierte la organización.
Antes del 2018 el partido más afectado por la violencia era el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero ahora, para el 2024, la situación ha cambiado, ya es Morena el partido que ha tenido más víctimas.
Además, cabe mencionar que los asesinatos por violencia electoral se han registrado en 13 de las 32 entidades federativas; Guerrero, con 8 casos, es la con mayor incidencia por violencia electoral registrada.