Por L.N. y H.C. Natalia Torres Pérez
En las últimas décadas, más personas han notado que el consumo de pan o productos con gluten se relacionan como problemas gastrointestinales como náuseas, dolor de estómago, diarrea, vómitos, pérdida de peso progresiva, etc. El gluten es la proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno; ayuda a unir la masa para panes, pastas, postres y a crear un producto más denso.
La enfermedad celiaca es una enfermedad autoinmune en la cual se experimenta el deterioro progresivo de las vellosidades del intestino, las cuales ayudan a absorber las vitaminas y nutrientes para alimentar y nutrir el cuerpo y brindar la energía para las actividades cotidianas.
La mala absorción puede ocurrir cuando estas vellosidades empiezan a aplanarse como resultado del consumo de gluten, causando anemia, padecimientos estomacales y otras complicaciones gastrointestinales, úlceras en la boca, hormigueo en piernas y pies, diarrea, flatulencias, hinchazón, calambres musculares, etc.
No existe una cura, pero hay que adherirse a una dieta libre de gluten para revertir lentamente el daño en el intestino delgado. Hay que eliminar todas las formas de trigo, cebada y centeno – p.ej. pizza, galletas, pasteles, pastas, etc.
El intestino es la puerta de entrada a todas las enfermedades; 95% de la serotonina del cuerpo se crea en el intestino; por lo tanto, su equilibrio es fundamental para nuestra salud.
“La mala absorción intestinal puede ocurrir cuando las vellosidades del órgano empiezan a aplanarse como resultado del consumo de gluten.”
Natalia Torres Pérez