Por Luis Fernando Figueroa Morales
En el último post hablamos de la importancia del estado financiero, también conocido como balance general y su importancia en la inversión de valor. En esta ocasión, hablaremos del último estado financiero importante. Esto no quiere decir que no existan más, sino que en este tipo de inversiones principalmente se consideran este y los otros dos estados mencionados en el post pasado.
Al igual que el balance general, el flujo de efectivo es un estado financiero dinámico que va cambiando con cada movimiento que realiza la empresa, es decir, en este estado financiero se ven plasmadas las entradas y salidas de efectivo que presenta la empresa en una fecha determinada.
Este estado financiero es de suma importancia, ya que nos demuestra la capacidad de la empresa —como su nombre lo dice— para producir efectivo, de ahí que en cierto modo nos demuestre también el valor que la empresa puede tener. Este estado financiero es tan importante que se utiliza para determinar el valor empresarial y, por ende, el valor intrínseco de una acción. Para ello, se utilizan otras herramientas, de las cuales hablaremos en otro momento. Dicho de otro modo, con el flujo de efectivo podemos conocer cuál es el valor correcto que debería tener una acción y así determinar si en este momento el mercado la tiene sobrevaluada o, en su defecto, se trata de una oportunidad de compra.
El flujo de efectivo también nos ayudará a comprender la toma de decisiones de una empresa reflejada en dinero, es decir, si una empresa está guardando dinero para un proyecto futuro, ahí lo veremos reflejado; si una empresa parece tener problemas de liquidez, en ese mismo flujo podremos determinar las causas de esa problemática y, por lo tanto, valorar si únicamente es algo pasajero o algo sustancial que nos hará alejarnos de la empresa en turno.