N28 | Mayo | 2022
Javier Torres está decidido a generar una disrupción en los negocios. Bajo su liderazgo, convirtió un pequeño taller mecánico en Greyhound, un centro de servicio integral automotriz que ya tiene diversas franquicias. ¿La clave de su éxito? Limpieza, organización y disciplina. Con una visión global de los negocios, Javier funda un corporativo que poco a poco lo ha posicionado como uno de los empresarios más importantes de la región. Esta es su historia.
Todo empezó en 1978, cuando su papá abrió el primer negocio familiar: Mofles y tubos Galgo, un taller en el que reparaban todo el sistema de escape de vehículos automotores, “Era un taller pequeño”, dice Javier con profundo orgullo, “De apenas unos 500 metros y solo contaba con tres empleados, pero ese negocio mantuvo a nuestra familia. Como muchas personas, nosotros no venimos de una familia millonaria; nos ha costado todo lo que hemos hecho y hemos trabajado todos los días para lograrlo”.
Durante 25 años, el taller solo reparaba desperfectos en el sistema de escape, pero siempre se distinguió de la competencia: en aquel entonces, ya contaban con una rampa de pistones, una dobladora electrónica, entre otras herramientas que hacían la diferencia. Esta visión marcaría el espíritu de Javier, pues muy pronto se daría cuenta del valor y la importancia de la innovación, “De mi papá siempre traté de aprender la innovación. Él siempre fue innovador”, reconoce.
Gracias a Mofles y tubos Galgo, la hermana y los hermanos de Javier pudieron estudiar una carrera profesional. Para ese momento, él era el único que no había estudiado, pues decidió quedarse en el taller para ayudarle a su papá y sacar el negocio adelante.
“La verdad, a mí me habría gustado estudiar una carrera en mi juventud”, revela Javier, “Sé que el camino que elegí me llevó a convertirme en lo que soy; sin embargo, sí creo que es importante que las personas tengan estudios universitarios, porque te da grandes herramientas. A mis 50 años, yo, por ejemplo, estoy por titularme de Administración de empresas”.
Un empresario con visión global
Poco a poco, su hermana y sus hermanos empezarían a crecer laboral y económicamente, lo que, a su vez, incitaría a que Javier también tuviera el anhelo y la intención de crecer. Hasta el 2003, se mantuvo como un empleado de su papá, pero gracias a la confianza que se ganó, logró que le vendiera el taller. En ese instante, se propuso hacer un cambio de raíz.
La primera transformación consistió en incluir mecánica rápida, afinaciones, frenos, entre otros servicios, y en unos pocos años convirtió Mofles y tubos Galgo en un taller completamente integral, en donde reparaban, de defensa a defensa, cualquier problema que pudiera tener un automóvil. De este modo, Javier sentó las bases para que el taller creciera a pasos exponenciales.
El siguiente cambio obligado fue el nombre, pues ante la expansión del taller, cada vez era más plausible la posibilidad de crear franquicias: “La gente comenzó a observarnos”, señala Javier, “Y se percató del éxito de nuestro negocio, pues marcamos la diferencia al mantener el orden y la limpieza”. Así nació Greyhound Servicio Automotriz.
El secreto del éxito: limpieza, organización y disciplina
Cuando pensamos en un taller mecánico, la mayoría de las personas imagina un lugar sucio y desordenado, pero este fue precisamente el aspecto que se propuso modificar desde que se hizo cargo del taller: “Creo que los talleres”, comparte Javier, “al igual que muchas otras empresas, tienen una tendencia a desaparecer en un futuro si no cambian. Y nosotros decidimos cambiar”.
Para lograrlo, Javier implementó las 5S, un método que se originó en Japón poco después de la Segunda Guerra Mundial, aunque se implementó por primera vez en los años 60 en una fábrica de Toyota. Toma su nombre de las palabras en japonés que funcionan como ejes de acción: 1) Seiri o Seleccionar; 2) Seiton u Organizar; 3) Seiso o Limpiar; 4) Seiketsu o Estandarizar, y 5) Shitsuke o Mejorar continuamente. El objetivo de las 5S es fomentar una cultura de trabajo que se enfoca en la mejora continua y permanente.
Javier relata su primer acercamiento a esta cultura organizacional: “Recuerdo a una directora en la primaria «Dr. Pedro de Alba»: la dra. María Elena, una maestra muy estricta. Ella invitó a unos japoneses de Nissan a que visitaran la escuela. Me acuerdo muy bien que desde entonces ya hablaban del impacto de las 5S. Creo que todo mi aprendizaje y la posición que mis empresas tienen ahora se debe a esa cultura organizacional”.
Javier sabe que poner en marcha las 5S exige una voluntad inquebrantable, pero gracias a esa voluntad abriría su primera franquicia en Campeche, a la que próximamente se sumarán dos más: una en Monterrey y otra en la Ciudad de México. Para él, la meta es que Greyhound, una marca nacida en Aguascalientes, tenga un centro de servicio en todos los estados de nuestro país.
Creértela para lograr tus objetivos
En México, a muchas personas les resulta muy difícil reconocer sus habilidades, capacidades e, incluso, sus logros. Como suele decirse, “No se la creen”, es decir, no creen que puedan tener el trabajo de sus sueños, emprender un negocio o realizar ese proyecto que desde hace tanto tiempo traen entre manos, ¿qué hace falta para que una persona pueda “creérsela” y se anime a trabajar por eso que tanto anhela? La pregunta parece sencilla, pero no lo es.
Javier piensa unos minutos en silencio y luego responde: “Para creérmela, primero es importante reconocer que las ganas las tenemos todos: de cambiar, de ser diferentes, de tener éxito, pero para lograrlo, es necesario hacer sacrificios, generar aprendizajes y mantener la disciplina. Yo tuve que cursar muchos diplomados, estudiar y meterme de lleno a mi trabajo. Hoy, con orgullo, puedo decir que ya soy un consultor certificado en 5S; sin embargo, mantener la disciplina es lo más difícil de todo. Si tú quieres implementar algo y no mantienes la disciplina, jamás vas a lograr el éxito”.
Javier recuerda una vez más las enseñanzas de la cultura japonesa, pero ahora en la forma de una máxima: tarde o temprano, la disciplina vencerá a la inteligencia. Por eso insiste en la disciplina que supone mantener el orden y la limpieza en una empresa, porque son dinámicas que ayudan a detectar si algo está mal o si existen anomalías, como aspectos esenciales para el éxito.
“Todo es para mejorar”, afirma Javier, “Las 5S pueden aplicarse en todos los espacios de una empresa, desde la administración hasta la producción. Es una metodología pequeña que sale de la manufactura, pero que te ofrece herramientas increíbles para salir adelante e innovar, especialmente en la actualidad”.
El espíritu innovador es una de las herencias más profundas que Javier tomó de su padre. Y Javier mismo es un fiel creyente de la innovación y la tecnología, por eso considera que las personas que no innovan constantemente y que no se adaptan a las tecnologías corren el riesgo de emprender negocios con tendencias a desaparecer.
“Los tiempos están cambiando”, reconoce Javier, “Las nuevas generaciones están apostando a cosas diferentes. Tenemos que ir en la forma en la que va el rumbo de la vida: si te quedas, entonces no vas a lograr nada”.
Javier ilustra lo anterior con la entrada de los vehículos eléctricos al mercado, una tendencia ya prácticamente irreversible que supone un desafío para cualquier taller automotriz. En primer lugar, porque para dar servicio o reparar un vehículo eléctrico, hay que cambiar el concepto de un taller tradicional a un centro de servicio: aunque sea un taller pequeño, es importante mantenerlo limpio y ordenado, de lo contrario las personas no les confiarán sus automóviles eléctricos.
Al respecto, Javier comparte una anécdota: “He escuchado gente que dice: «No, hombre, para cuando lleguen los vehículos eléctricos, yo ya me habré muerto», pero no es cierto, porque ya hay una notable cantidad de automóviles eléctricos en países desarrollados. Sí, quizá México sea de los últimos lugares en donde llegarán en masa, pero hay que estar preparados para cuando suceda y no solo para eso, sino para dar servicio y reparar robots, drones de pasajeros, vehículos alimentados con energía solar, etc.”
Marcar la diferencia
¿Cómo destacar frente a la competencia directa e indirecta? Para esta pregunta, Javier tiene una respuesta lapidaria: “Cuando te ven chiquito o cuando ven que estás haciendo lo mismo que otras empresas u otras personas, difícilmente te van a elegir frente a tu competencia”.
Lo primero es ser conscientes de la necesidad de generar un cambio. Javier se dio cuenta de la importancia de generar orden y limpieza a través de las 5S, pues gracias a ello dejó de ser un taller tradicional y se convirtió en un centro de servicio, es decir, una empresa con todas sus letras: con equidad de género, cultura organizacional, integración, metodologías, estandarización, además de deslindar responsabilidades en cada perfil que forma parte de la empresa.
“Cuando te conviertes en una empresa”, señala Javier, “y te certificas en ISO o 5S, las grandes empresas y organismos observarán que eres diferente, que ya no eres más del montón: es cuando puedes tomar contratos con municipio, gobierno del estado e, incluso, con empresas extranjeras o transnacionales, porque estás demostrando que tienes lo necesario para hacerlo”.
Las raíces de Greyhound
“En mi vida, hay algo que yo llamo «raíces de Greyhound», porque todo lo que he logrado ha sido a través de Greyhound, como, por ejemplo, las oportunidades de trabajo que jamás me imaginé que llegarían o incluso formar parte de organismos como COPARMEX”, afirma Javier.
De los hilos conductores de Greyhound emergió un corporativo, integrado por Greyhound, del que Javier es el dueño absoluto, así como HF Mecánica, de la que es socio y director, una empresa enfocada a ofrecer servicio de calidad a todos los proveedores de la industria automotriz, como a Nissan en Aguascalientes, y que ya tiene presencia en Silao y en la Ciudad de México. De igual modo, está Hidrovic Sandblast, que se dedica a despintar, fumigar e higienizar desde un automóvil hasta una nave industrial. Asimismo, Consultoría Estratégica JT, a través de la cual comparte la experiencia adquirida con sus empresas, para ponerla en práctica con otras personas que solicitan su ayuda o acompañamiento, y, por último, Impulsora y Desarrolladora de Proyectos.
“Jamás pensé que capacitaría a empresas de Estados Unidos”, reconoce Javier con grata sorpresa, “como a tortillería La Reyna, que tiene 25 sucursales además de dos restaurantes; con ellos, trabajamos en la implementación de la metodología 5S en el área de alimentos”.
Hoy en día, Javier ofrece servicios de consultoría a organizaciones como Atracciones García, que pertenece al sector del entretenimiento, o X-nox, una empresa que fabrica equipos y herramientas para apicultura, entre otras compañías locales, nacionales e internacionales.
“Mi objetivo es uno solo: que no caigan en los errores que yo cometí en su momento. Hay que ayudar a todas y a todos los emprendedores, a las personas que arriesgan sus ahorros, venden su carro o su casa para apostarle a un futuro incierto y a un éxito no asegurado, porque cuando abrimos nuestra empresa, era todo muy cerrado y nadie te decía cómo podías hacerlo o salir adelante. Por medio de Consultoría Estratégica JT, yo quiero cambiar esa dinámica”, afirma Javier.
Una palabra difícil: sucesión
De su experiencia de trabajar con empresas ubicadas en países desarrollados, Javier reconoce una dinámica que es necesario cambiar en Latinoamérica: el arraigo al hogar. En los países desarrollados, los jóvenes dejan su hogar a los 20 años, para viajar y aprender nuevas habilidades. En América Latina, nuestros jóvenes están muy arraigados a una cultura familiar que no los deja salir al mundo. Les decimos «Te voy a extrañar mucho. No te vayas» e incluso «Quédate. Tu abuelito puede morirse, ya está muy grande». Javier reconoce que esto es un freno que obliga a que los jóvenes compitan todos contra todos en sus países de origen.
“Además, el joven mexicano tiene que creer que puede crear una empresa unicornio”, afirma con pasión, “como Kavak, Bitso o Konfío, que en pocos meses se convirtieron en millonarias. La clave es arriesgarse, porque nuestros jóvenes son tan capaces e inteligentes como los jóvenes de cualquier país desarrollado; solo falta soltarlos para que hagan más intercambios y que crean y confíen que pueden competir con cualquier profesional del mundo”.
Para Javier, el arraigo familiar también impacta en uno de los más importantes desafíos de las empresas: la sucesión. Para ilustrarlo, recuerda un singular proverbio: abuelo millonario, padre rico y nieto pobre. Y es que para evitar la caída de los grandes negocios, hace falta reconocer que los hijos no siempre deben seguir el legado de papá o de mamá. Más bien es darles la oportunidad de que se desarrollen y se realicen en los espacios que ellos quieran.
“Si en algún momento mis hijos quieren integrarse a mis empresas, pero no los veo con la capacidad de dejárselas en el futuro, no lo voy a hacer, porque prefiero vender a que nos quedemos pobres los dos. Es algo que muchos empresarios no lo comprenden: a fuerzas quieren heredar la empresa a los hijos, pero como muchas veces los hijos no están preparados, terminan por quebrar un negocio que tardó 50 años en crecer”.
Javier sabe que una decisión de esa naturaleza no implica dejar desamparados a los hijos, pero sí insiste en que deben tener las cualidades necesarias para garantizar la sucesión y la permanencia de la empresa, de los negocios familiares.
Mirar hacia el futuro
Javier tiene un secreto: siempre separa el trabajo y sus hobbies. Un hobby es una actividad para el desestrés y, como empresario, él tiene una frase que comparte con sus amigos: “la pasión debe ser tu trabajo, tu familia, porque del trabajo te mantienes, te da una estabilidad económica para vivir, para que te puedas pasear, para tener ciertos lujos; por otro lado, tu familia te da una estabilidad emocional y te ayuda a bajar de la nube cuando andas muy alzado; por tu familia luchas todos los días y lo das todo. Yo siempre digo que cuando tu hobby rebasa tu pasión, serás pobre por afición”, concluye Javier con contundencia.
Greyhound es la empresa más grande de Javier, pero no duda de que muy pronto HF Mecánica pueda rebasarla. Es una empresa que comenzó hace dos años con tres personas, pero que ya cuenta con 80 trabajadores y en unos meses llegará a 200 personas, una cifra que supera por mucho a los 40 trabajadores que tenemos en Greyhound.
Para tener la vista en el futuro y en el crecimiento empresarial, Javier reconoce que hay que evitar la rotación de personal. Por ello, los empresarios deben invertir en un buen gerente, un buen jefe de taller, una buena secretaria, etc., para no estar llenando perfiles. Lamentablemente, muchas personas ya no quieren trabajar, pero esto no debe ser un impedimento, porque entonces hay que buscar más allá de nuestras fronteras: “Hay gente de Puebla, Michoacán, Chiapas, que sí quiere venirse a trabajar a Aguascalientes. Y si son buenos perfiles, vemos la posibilidad de rentarles una casa para que se pongan a laborar con nosotros”, afirma Javier.
Javier sabe que en su momento tendrá que decir adiós y que solo permanecerá como inversionista, entonces podrá dedicar más tiempo a consolidar su carrera como escritor o con su grupo musical, pero cuando ello ocurra ya habrá creado las condiciones para superar el gran desafío de la sucesión, no sin antes haber escrito su nombre en las páginas de la historia empresarial de Aguascalientes y de México.