Por Joaquín Cruz Lamas
Como algunos de ustedes se han dado cuenta, me gusta mucho darles a conocer los artistas del período virreinal en México. Considero que la historia ha sido muy injusta con muchos de ellos, dejándolos en un vergonzoso abandono. Propongo sin titubear que ellos también son mexicanos y que por tanto forman parte de nuestra historia nacional. Pueden consultar en Blackstone mis notas sobre personajes como Sor Juana, Manuel de Zumaya y Cristóbal de Villalpando. Este último es considerado por algunos historiadores como el maestro del artista que ahora nos concierne: Juan Correa.
No les voy a mentir, todos tenemos a nuestros artistas favoritos, y entre aquellos que más me gustan Juan Correa está en un lugar especial. Como ya he dicho, es posible que haya sido alumno de Cristóbal de Villalpando, por lo cual podemos ver cierta similitud en sus estilos; sin embargo, a título muy personal, me parece que la obra de Juan Correa lleva el barroco mexicano a un nivel de sofisticación excepcional.
Correa nació alrededor del año 1646 en México y murió en 1716, también en México. Su padre había nacido en Cádiz y tenía ascendencia morisca, es decir, musulmana, de los tiempos de la ocupación de España por parte de los musulmanes. Por su parte, su madre era de ascendencia africana. Así, Correa entraría en lo que el infame sistema de castas denominaba “mulatos” o “moriscos”, pero fuera de las clasificaciones discriminatorias de dicho sistema, este hecho nos recuerda lo dicho por Carlos Fuentes: América Latina no solo tiene raíces europeas e indígenas, sino también africanas.
En cuanto a la obra del artista, es de notar que llamó la atención no solo en lo que entonces era la Nueva España, sino también en la Europa continental, en concreto en España y en Roma, la cuna misma del barroco. Como he dicho, se ve la similitud con la obra de Villalpando, al grado de que el conjunto de lienzos de la catedral de México que no terminó Villalpando fue completado por Correa. Algunas de sus obras que recomendaría buscar son: La Virgen del Apocalipsis, que se encuentra en el Museo Nacional del Virreinato; La Pascua de María, en el Santuario de Guadalupe en Zacatecas; La Asunción de María, en la catedral de la Ciudad de México. También recomiendo bastante sus biombos, como el de Las Cuatro Partes del Mundo, que se encuentra en el museo Zoumaya, o Las Artes Liberales y Los Cuatro Elementos, ambos en el museo Franz Meyer.