Por César Alfonso Leal González
El home office es la práctica que consiste en trabajar desde casa en un espacio adaptado exclusivamente para ello y, en algunos países de habla hispana, esta dinámica también recibe el nombre de teletrabajo. Sin importar el nombre que se le ponga, la principal característica está en realizar de manera remota las actividades laborales.
Muchos piensan que el nacimiento del home office ocurrió en el 2000, pero esta práctica realmente ya sucedía desde hace varios de años, pero fue en las últimas décadas cuando se volvió mucho más popular, gracias al crecimiento exponencial en los avances de las tecnologías de telecomunicación.
Algunas de las ventajas del home office son:
- Ahorro en el tiempo y costo de transporte hacia los espacios de trabajo.
- Disminución de costos en servicios dentro de la empresa, como el pago de electricidad, agua o consumibles.
- Aumento de la calidad de vida de los trabajadores.
- Incremento en la calidad del trabajo en la mayoría de los casos, pues el trabajador se siente más cómodo.
- Disminución del impacto ambiental.
- Jornadas de trabajo más eficientes.
- En la actualidad existen numerosas herramientas que facilitan la comunicación y administración de tareas.
Por otro lado, existen también algunas posibles desventajas:
- No todos los colaboradores cuentan con el equipo e instalación necesaria para trabajar de manera adecuada.
- La comunicación se reduce a mensajes, llamadas o videollamadas.
- Existen trabajadores que no consideran su casa como un ambiente óptimo para trabajar.
- Existen ciertas actividades laborales que sí requieren la presencia en los espacios de trabajo.
Los beneficios de este modelo de trabajo superan por mucho las desventajas, aun así, su popularización sucedió solo a partir del confinamiento provocado por la pandemia, pues la gran mayoría de las empresas nunca lo había implementado, o bien, trabajaban en una dinámica tradicional.
A partir de ahora, no será raro que las empresas ofrezcan modelos de trabajo alternativos al tradicional, incluso en el corto y mediano plazo será vital, pues el resquemor que permanecerá una vez que concluya la pandemia favorecerá el home office. Por otro lado, es evidente que muchas compañías ya vean las ventajas de esta dinámica laboral frente a las organizaciones que no la han implementado y que, además, constituyen su competencia directa e indirecta; entonces, el home office se volverá un diferencial que le dará mayores puntos a las empresas que cuenten con él. Es, además, una notable adaptación de cara al futuro, en especial ante situaciones drásticas como la que vivimos y aún viviremos durante un tiempo más.