N26 | Marzo | 2022
Todo empezó a finales de 2019 y principios de 2020, poquito antes de la pandemia. Yo soy muy distraída y con facilidad me olvido de lo que tengo que hacer, incluso se me empalmaban eventos, porque no anotaba mis actividades. Además, siempre me han gustado los plumones, los colores, tomar apuntes. Por eso se me ocurrió unir estas dos facetas de mí y crear una agenda que me ayudara a sentirme bien conmigo misma, pero que también fuera útil al momento de organizar mis actividades, mi vida íntima, las metas que me iba planteando, etc. Así nació uno de los muchos productos que diseñé para mejorar la organización y productividad de las personas.
Como se trataba de una agenda, no me convenía imprimir solo 5, 10 o 50 piezas. Yo tenía que invertir una cantidad más o menos fuerte para iniciar mi negocio. Para lograrlo, pedí un crédito bancario, porque el primer tiraje fue de entre 500 y 600 ejemplares. Recuerdo que la sala de mi casa estaba invadida de agendas. Fue un reto muy grande, porque nadie me conocía, no tenía una página de internet ni redes sociales. Era empezar desde cero. Además, las agendas pierden vigencia y necesitaba venderlas entre octubre de 2019 y febrero de 2020, de lo contrario, ya no le iban a servir a nadie.
Iniciar de esta forma fue clave para mí, porque en ningún momento me planteé darme por vencida. Acababa de sacar un crédito automotriz y solicité un préstamo bancario para iniciar con AGCV Shop. No tenía la opción de echarme para atrás, porque era vender las agendas o endeudarme durante muchos años de mi vida joven; sin embargo, yo soy muy aventada y desde el primer momento creí fielmente que mi proyecto iba a funcionar, por eso no tuve miedo en sacar el crédito. Empecé a ir a mercaditos, ferias de emprendedores, bazares y me vinculé con influencers para lograr una mayor visibilidad con sus seguidoras. Yo soy muy tenaz y una vez que me propongo realizar algo, es muy difícil que alguien me diga que no se puede hacer.
Platicamos con Diana Jacqueline Aguilar Córdova, fundadora de AGCV Shop, una empresa dedicada a la creación de cuadernos, agendas y herramientas para mejorar la organización y la productividad. Jacque nos compartió los secretos detrás de su marca, el camino recorrido y cómo en un lapso de poco más de 2 años se ha posicionado más allá de Aguascalientes, gracias a la estrecha relación que mantiene con su comunidad, así como por su habilidad para vincularse con emprendedoras de todo México.
El arte de resolver problemas
Mi apellido es Aguilar Córdova, por eso en todos lados firmaba AGCV. Al principio, todo lo pensé para mí, pues no pensé que se convertiría en algo tan grande como lo que es hoy. Mis primeras creaciones solo las utilizaba en mi trabajo, pero poco a poco mis compañeras se interesaron en las cosas que utilizaba para ayudarme a organizar y fue como se me ocurrió iniciar AGCV Shop.
Sí reconozco que a muchas personas les resultaba difícil pronunciar el nombre de mi marca, por eso preferían etiquetarme en sus historias y posts, pero me daba mucho miedo cambiar el nombre de AGCV, pues ya muchas personas me conocían; sin embargo, ya estamos trabajando en algunos detalles novedosos que las sorprenderán cuando los saquemos.
Una parte importante de AGCV Shop es crear experiencias: todo inicia desde que recibes el paquete en tu casa, con muchos detalles que te hacen sentir parte de nuestra comunidad. De esa forma, logré que mis seguidoras con frecuencia grabaran el unboxing en sus historias y compartieran sus impresiones. Así, me fui dando a conocer y llegué a más personas.
Una marca con un rostro muy humano
Mi marca siempre tiene un rostro humano. Aunque yo soy AGCV Shop, cuando les hablo a mis seguidoras, me presento con mi nombre: Jacque, luego salgo a cámara y comparto mis experiencias. De este modo, pude identificarme con otras personas que también sufrían con la organización, y quienes no se identificaban conmigo, me daban consejos que después también compartía con mis seguidoras.
AGCV Shop me ha llevado a lugares a los que jamás imaginé llegar, pues he tomado cursos y talleres de organización y gestión del tiempo que me permitieron adquirir más conocimientos para compartir con mi comunidad. Un aspecto muy importante ha sido mostrarme como una aprendiz y no como una experta, pues me permitió acercarme con mis seguidoras. Siempre les digo: “Vamos a aprender juntas y juntas vamos a recorrer este camino, para que tanto ustedes como yo seamos más organizadas y alcancemos nuestras metas”.
Emprender con pasión, la clave del éxito
Lo difícil de emprender no es lo mucho o poco que sabes. Lo difícil es lo que no sabes que no sabes. Por ejemplo, mi primera agenda la diseñé en Canva; cuando terminé, me fui muy contenta a la imprenta a que me hicieran los ejemplares que necesitaba, pero luego luego me dijeron que hacían falta los perfiles de color, márgenes de corte, compaginación y un largo etcétera. Todo lo tuve que aprender de un momento a otro, pero como mi proyecto me apasionaba, me puse a buscar cómo utilizar Adobe Illustrator, InDesign, Photoshop, incluso me puse a crear ilustraciones, porque me resultaba muy costoso contratar a ilustradores profesionales. En mis inicios, los tutoriales de YouTube se convirtieron en un gran aliado para solucionar problemas; después recibí apoyo de profesionales que me ayudaron a resolver otras complejidades, pero al principio, fui yo quien tuvo que vencer el miedo, aventarse, aprender y empujar hacia adelante.
De mujer a mujer nos entendemos
Algo que siempre he hecho en AGCV Shop es escuchar a mi comunidad. Para mí, es muy importante sentirme cercana a ellas, porque me aportan mucho. A mí me gusta hablarle a la gente como si fuera yo misma y, como la mayoría de mis clientes son mujeres, me resulta muy fácil conectar con ellas, pues como suele decirse: de mujer a mujer nos entendemos. Por ejemplo, cuando estoy por sacar una nueva agenda, les pregunto por diseños, colores, estilos, incluso pueden enviarme sus propuestas. Así, mis agendas se convierten en un producto que creamos entre todas. Eso me ha ayudado a mantenerme vigente.
Además, las plataformas digitales me han permitido llegar muy lejos. Ya tengo un sistema de embajadoras que me ha ayudado a que mis productos estén prácticamente en todo México. Es algo que jamás me hubiera imaginado y que fue posible gracias a las redes sociales. Y lo mejor es que no tienes que pedirle permiso a nadie: tú llegas, haces tu página y llegas hasta donde quieras. Todo está en animarse, en no dejarse vencer por el miedo y hacerlo, pues cuando alcances los resultados, quien terminará más sorprendida o sorprendido serás tú misma o tú mismo.