Por Andrea Ruiz Guzmán
Sales de la oficina con la intención de calmar un poco el apetito. Es un día de mucho trabajo y no dispones del tiempo habitual para comer, de pronto escuchas a alguien que grita con insistencia “¡Tacos! ¡Tacos de canasta! ¡Taaaaaaaaaacooooos!”, con una voz profunda y grave. ¡Claro! ¿Quién más podría ser? El singular y único Juan Francisco Ventura Martínez, mejor conocido como Lady Tacos de Canasta. Problema resuelto: la comida de hoy serán taquitos de canasta.
De un momento a otro, los taquitos de Lady Tacos de Canasta se volvieron los más famosos de todo México, porque el internet —a veces con justicia, otras no tanto— tiene la capacidad de convertir a cualquier persona en toda una celebridad. Lady Tacos de Canasta fue una de esas personas afortunadas cuya vida cambió gracias al internet y, por supuesto, a las redes sociales.
Imagina que tienes un pequeño negocio de tacos de canasta, ¿pensarías en registrar tu marca ante las instancias correspondientes? Estoy casi segura de que responderías que no, después de todo ¿por qué invertirías en algo que no sea el propio producto que vendes día con día?; sin embargo, es muy importante que contemples el registro de tu marca, porque, aunque no lo creas, es uno de los activos más valiosos que puedes llegar a tener, prueba de ello es el gran valor —y el peso— que tienen marcas como Bimbo, Corona, Telcel, Apple, McDonald’s, etc., que el solo nombre ya evoca algo y, en ocasiones, el hecho de tener la etiqueta de la marca en turno ya significa una garantía de venta.
Algo así fue lo que vivió Lady Tacos de Canasta, pues atravesó diversos problemas para registrar su marca. Primeramente, ella tuvo una pequeña controversia cuando intentó registrar su seudónimo como marca. El problema sucedió porque le confío esta importante tarea a su representante: la señora Yuriko Lisjuan Ramírez, quien pretendía presentar la solicitud como titular de la misma, sin contar con la respectiva autorización de Juan Francisco Ventura Martínez “Lady Tacos de Canasta”.
Durante el examen de fondo de la solicitud, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) señaló la actualización del supuesto previsto en el artículo 173 fracción XIII de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, debido a que la representante no contaba con la autorización de Juan Francisco Ventura Martínez, a quien comúnmente se le conoce como “Lady Tacos de Canasta”. En consecuencia, el IMPI solicitó que se acreditara la respectiva autorización para utilizar dicho pseudónimo como marca.
¿Cómo resolvieron este “pequeño” problema? Para solucionar este hecho, fue necesario elaborar un contrato de cesión de derechos entre la representante Yuriko Lisjuan Ramírez y Juan Francisco Ventura Martínez, a partir del cual se transmitieron los derechos de la solicitud a este último. En seguida, al contestar el requerimiento del IMPI e indicar la existencia de esta operación, entonces, ahora sí, se verificó la identidad entre el solicitante y la persona con la que se identifica el seudónimo “Lady Tacos de Canasta”, de ahí que se pudiera continuar con el proceso de registro que concluyó satisfactoriamente.
¿Qué podemos aprender de esta situación? Hay varios aspectos que podemos aprender de este caso:
- Primero, que los pseudónimos, apodos o sobrenombres en algunos casos están fuertemente vinculados con una persona, pero también pueden servir y funcionar como marca.
- Segundo, que el error en la solicitud fue una imprecisión derivada de la falta de conocimiento de la propiedad industrial y que se subsanó al momento en que intervino un abogado especializado en estos temas.
- Y tercero: no permitas que representantes, amigos o conocidos registren tu marca sin conocer plenamente los alcances de su actuación dentro del procedimiento. En este caso, por ser un asunto relativamente conocido, fue posible advertir dicha situación por parte de la autoridad, pero no creo que todos corran con la suerte de la famosa Lady Tacos de Canasta.
Entonces, aunque tu negocio o empresa te parezcan muy pequeños, es muy importante que contemples la protección de tu marca, porque de un momento a otro te puedes convertir famoso, aun cuando ni siquiera tu intención sea esa; después de todo, ese es el gran poder del internet y de las redes sociales, es decir, sin que lo adviertas, alguien puede recomendarte, grabar su experiencia con los productos o servicios que ofreces y lanzarte al estrellato. Por eso conviene que estés protegido en el caso de que llegue ese momento.