60 mil millones de pesos es el valor del trabajo que realizan las mujeres al día; sin embargo, de esa cifra solo el 33.3% es remunerado, según datos del Observatorio Internacional de Salarios Dignos (OISAD) en colaboración con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI). De acuerdo con el INEGI, las mujeres representan el 40% de la población, es decir, poco más de 22 millones de trabajadoras, pero esto no significa que contribuyan al 40% de la economía de nuestro país, ¿por qué?
En primera instancia, porque el 80% de las mujeres con trabajo remunerado suelen desempeñarse en el sector comercio y servicios, que comprende, entre otras actividades económicas, los servicios educativos, hotelería, restaurantes, enfermería, entre otros. Por ello, en términos de Producto Interno Bruto (PIB), su aportación es menor en comparación con otros sectores, como la construcción o manufactura. Lo anterior nos revela, de cualquier manera, algunas condiciones de inequidad que aún prevalecen en contra de las mujeres.
Al respecto, Sonia Garza, Presidenta Nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas (AMMJE), afirma que si la participación de las mujeres en el mercado laboral fuera la misma que los hombres, es decir, que 7 de cada 10 mujeres se involucrara de la misma manera que los hombres en el mercado laboral, entonces el PIB de nuestro podría crecer en 70% para el 2025.
La falta de condiciones de equidad queda evidenciada al observar los datos, pues, en palabras de Sonia Garza, solo el 34% de las mujeres son emprendedoras en contraste con el 66% de hombres emprendedores. Lo anterior revela los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres incluso para iniciarse en la vida empresarial, a pesar de que son ellas, de acuerdo con Women’s Entrepreneurship Report 2019, quienes suelen liquidar en su totalidad los préstamos que emplean para invertir en sus empresas, pues de cada 100 mujeres, un 99% salda sus deudas por completo.
Por otro lado, también hay una serie de inequidades en la manera en que las mujeres destinan sus ganancias, pues mientras ellas dirigen casi el 80% de su sueldo a la familia, los hombres en promedio solo reservan el 50% para su núcleo familiar.
Hace dos años, la jornada “Un día sin nosotras” impulsada por diversos grupos feministas para visibilizar la participación de las mujeres en todos los sectores significó pérdidas por más de 30 millones de pesos para México, sin mencionar pro supuesto la sensación de vacío generalizado que se resintió. Si bien las mujeres han ganado espacios y poco a poco adquieren espacios en la vida pública, política y empresarial, aún estamos muy lejos de que existan condiciones de piso pareja para ellas y para otras personas que forman para te de grupos de la diversidad. Es importante reflexionar la manera en que los hombres se dirigen y se refieren a las mujeres desde los distintos espacios que ocupen, a fin de cuestionar si están incurriendo en comportamiento o actos de violencia o discriminación, pues solo desde esta postura crítica será posible erradicar las conductas que atentan contra la mujer.