Por Aldo García Ávila
Este lunes 19 de octubre, Bolivia concluyó su proceso electoral con una victoria sorpresiva: el Movimiento al Socialismo (MAS), partido que lidera el expresidente Evo Morales, volvió al poder en la figura del candidato Luis Arce, en un triunfo que ya ha sido reconocido por diversas naciones a través de sus representantes políticos.
Este hecho tuvo un impacto importante en el mundo de la bolsa: las acciones de empresas como Tesla, del sudafricano Elon Musk, se desplomaron al final del día. A simple vista, parecerían fenómenos no relacionados; sin embargo, el gigante de la energía eléctrica no puede negar sus intereses en Bolivia, una de las naciones con los mayores yacimientos de litio, resguardados en el impresionante Salar de Uyuni.
Este espacio desempeña un lugar clave en la economía mundial, prueba de ello es que el 85% de las reservas de litio provienen de esta zona, también llamada “Triángulo de litio”, que comparten Argentina, Chile y Bolivia, cuya mejor parte se encuentra precisamente en esta última nación. Este escenario se debe a que Bolivia posee condiciones muy particulares de explotación de litio, que favorecen la extracción a costos muy bajos, en especial si se contrasta con lo que implica, por ejemplo, extraer combustibles fósiles.
Desde hace unos años, ha cambiado la relevancia de determinados recursos económicos. En esta nueva perspectiva, el litio se ha convertido en una figura central, en virtud de que es un ingrediente fundamental para la fabricación de acumuladores que permiten almacenar la energía que se produce a partir de métodos renovables. En suma, las baterías de tipo ion-litio han pasado a configurarse como la pila ideal para alimentar dispositivos como computadoras, teléfonos inteligentes y, por supuesto, vehículos eléctricos. Estos aspectos revelan los intereses de personalidades de la política y la economía, como Elon Musk, en países como Bolivia, sobre todo si se toma en cuenta que los yacimientos de litio son limitados; en consecuencia, se vuelve un recurso cuyo precio se eleva en virtud de esa finitud.
De hecho, no debemos olvidar que Evo Morales tuvo que salir de su país, luego de que el 10 de noviembre de 2019 denunciara un golpe de estado en su contra. En palabras del mandatario boliviano, este ataque habría sido orquestado por el Estados Unidos de Norteamérica, con el apoyo de destacadas figuras como Elon Musk, con el objetivo de ganar influencia en la extracción de litio y garantizar la permanencia, crecimiento y consolidación de empresas como Tesla.
En efecto, Bolivia posee las mayores reservas de litio; sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en Argentina o Chile, países en donde participan transnacionales en la extracción de litio, en Bolivia es el propio estado quien controla el recurso bajo un régimen de soberanía. De hecho, el triunfo de Evo Morales Ayma, que se remonta al 2006, significó replantear muchas relaciones económicas con diversas naciones, entre ellas, los Estados Unidos de Norteamérica.
Por lo tanto, el regreso al poder del partido liderado por el expresidente Evo Morales constituye un recrudecimiento en las tensiones que ya existían con EUA, un fenómeno que, como señalé al principio, se manifestó en la caída de las acciones de Tesla, pues indudablemente la influencia de Morales impactará en las políticas de manejo, extracción y comercialización de recursos.