“Aprender a ser flexibles”, ese es quizá el consejo que Marintia López podría darle a cualquier persona que quisiera adentrarse en el místico mundo de la cerámica. Y es que, en la flexibilidad, la maleabilidad y la intuición corporal es que están los principios que sostienen al arte de moldear arcilla, como literalmente se le conoce a este antiguo oficio.
Marintia López es dueña y fundadora de Mar y Tierra, uno de los estudios de cerámica emergentes de Aguascalientes, desde donde se hacen no productos, sino piezas únicas, artísticas, irrepetibles. Piezas que moldean manos intuitivas, extensiones corporales, ideas.
Para Blackstone Magazine, la joven emprendedora cuenta que su primer acercamiento a la cerámica se dio de manera natural mientras estudiaba la carrera de Diseño Industrial en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (Uaa), sin embargo, sería hasta después, ya en un taller donde hizo sus prácticas profesionales, donde encontró una manera de explotar sus habilidades manuales, su habilidad para crear tocando y su amor por el arte de moldear.
“Lo manual siempre ha sido algo de mí. Yo soy feliz con cualquier cosa que requiera crear con tus manos. El hecho de que tu cuerpo te permita literalmente crear es algo que me conmueve. En este momento de mi vida eso lo logro con la cerámica: amo la cerámica, amo crear y yo me di cuenta desde ese día 1 que entré a las prácticas profesionales. Yo me sentía emocionada, como cuando era niña, de saber que mis manos estaban creando. No es otra cosa más que mi cuerpo”, comparte la diseñadora de profesión y artista de oficio.
Fue en ese instante cuando Mar y Tierra surgió como una posibilidad. Luego pasaría el tiempo y ahora se ha convertido en uno de los estudios de cerámica más singulares y propositivos del estado.
“Marintia” y su singularidad
De origen danés, Marintia significa “mar y tierra”, la analogía perfecta para representar el trabajo de la cerámica. Fue así como se llegó al nombre del negocio, de la manera más personal y literal posible.
Las piezas y el stock de Mar y Tierra se caracteriza por ser de formas irregulares e intuitivas, guiadas por lo que está sucediendo en el momento. Es por eso que son únicas. No existen dos iguales y eso es una manera, también, de resistencia a la producción en masas que actualmente predomina en cualquier mercado.
“Las formas han nacido de aprender a ser flexible. Los diseños son naturalmente intuitivos y me gusta llegar a formas que no podrán repetirse. Es un proceso intuitivo porque, finalmente, no lo vuelvo a hacer”, comenta la ceramista, cuyo negocio formal empezó apenas en marzo del 2022.
Del reconocimiento de estos procesos para crear piezas artísticas -no productos en masa- fue que Marintia, con el paso del tiempo, llegó al concepto de “cerámica intencional”, desde donde se pueden aterrizar creaciones disruptivas, alejadas de lo común, pese a ser objetos comunes, como tazas, platos, recipientes.
Cerámica intencional, una nueva propuesta
Para Marintia, la cerámica es en realidad el pretexto para que las personas puedan crear algo que viene desde el interior. Por eso llegó al concepto de la cerámica intencional, porque de alguna manera, a través de este oficio, de esta actividad, es que se puede estar presente, identificando los momentos por los que se está pasando para poder llegar a una pieza tangible, una pieza que sale del yo, pero que puede ser palpada.
Para tratar de llegar a un nivel de introspección corporal aún mayor, Mar y Tierra se convirtió en un taller de producción de artesanía, para también dar talleres donde las personas pudieran aprender y experimentar con este oficio.
Fue ahí que, con la ayuda de su pareja, Marintia decidió involucrar la musicoterapia al momento de creación.
“La cerámica intencional nace desde el día en que yo me percaté que la cerámica no solo era la cerámica. Implicaba más. Una vez que inicié con los talleres, yo ya tenía aproximadamente 7 meses con la página oficial, y tardé otros tres o cuatro meses en formular el primer taller porque no quería solo que fuera algo tan simple como asistir y hacer una taza. Yo insisto en que la cerámica no es sólo eso. Mi novio es músico terapeuta, tomó un certificado y yo me di cuenta de la magia que tiene la música en el cuerpo, y eso decidí unirlo con la magia de crear algo, algo nuevo. Lo que intento es que no se trate de hacer una pieza y ya. Las piezas deben llevar un valor integrado, de ahí nace la idea de que la cerámica sólo será el instrumento, la cerámica es el pretexto para crear algo interno”, explica.
Y finaliza: “ese poder estar presente es lo que yo llamo cerámica intencional. La cerámica tiene la intención de hacerte estar presente”. En Mar y Tierra, la cerámica es el instrumento. Las piezas, los resultados, son el reflejo de un trabajo introspectivo. Eso y más se puede encontrar ahí.