De alguna manera, Marketplace -de Facebook- se convirtió en una especie de “dark web” donde, sin pudor alguno ya se ofertan tarjetas bancarias clonadas, bases de datos, títulos universitarios apócrifos, hongos alucinógenos o hasta cocaína rosa, y más productos ilegales.
En otras palabras, en Marketplace ahora se puede encontrar anunciado todo eso que antes se conseguía solo en el mercado negro real (la calle) o en la web oscura. El tema no es menor, pues actualmente Facebook de Mark Zuckerberg es la red social más usada en México (aún por encima de Tik Tok): cuenta con más de 80 millones de usuarios activos al mes.
La era digital no sólo transformó la compraventa legítima (el llamado e-commerce), sino que también potenció la venta de productos falsificados y robados, así como sustancias y servicios ilícitos. Finalmente, lo digital funcionó como una herramienta que potenció todo por igual.
En Estados Unidos ocurren situaciones similares. Allá Snapchat es una aplicación muy común y famosa entre las y los jóvenes y esta es es la principal red social donde los compran pastillas suelen contener drogas como fentanilo.
Y aunado a todo este nuevo contexto de ventas a través de redes sociales está el servicio de envío de objetos de Uber, que sirve para que los narcomenudistas puedan enviar los productos que les solicitaron.
Deep web y dark web, la diferencia:
Vale la pena hacer una distinción entre ambos conceptos. La deep web, por una parte, se refiere a todo el contenido en línea que no está indexado por los motores de búsqueda convencionales (Google, por ejemplo). Es decir, la información ahí no es necesariamente ilegal, simplemente no es accesible a través de búsquedas en la web normal.
Por otra parte, la dark web también necesita de otros motores de búsqueda no convencionales, pero esta sí se asocia a menudo con actividades ilegales como la venta de drogas, armas, información robada, tarjetas de crédito o servicios de hacking.