Por Gabriela Alejandra Serna Ojeda
¿Alguna vez has notado lo importante que es la saliva en nuestro cuerpo? La boca seca es un padecimiento que se caracteriza por una disminución en la cantidad de saliva secretada o producida. Es un problema más común de lo que creemos, ya que el 20% de la población se queja de sufrir boca seca.
La saliva proporciona una protección muy importante a los dientes y a los tejidos de la boca gracias a sus propiedades limpiadoras, lubricantes y antimicrobianas; además, ayuda en el habla, promueve la remineralización de los dientes e inicia el proceso de digestión, masticación y deglución de los alimentos.
Para que podamos visualizarlo mejor, es importante conocer algunas de las consecuencias que suceden al reducirse el flujo de saliva: aumento en el riesgo de erosión dental, caries dental, periodontitis e infecciones intraorales, como la candidiasis (hongos en boca). De igual modo, se puede presentar mal aliento, boca ardorosa, dolor oral, dificultad para masticar, disfunción del habla, alteración del gusto y dificultad para deglutir alimentos.
La boca seca tiene su origen en factores que nosotros mismos podemos cambiar, por ejemplo hábitos como el tabaquismo y el consumo de café y alcohol (incluido el uso de enjuagues bucales con alcohol); algunos hábitos como el roncar, respirar por la boca, la deshidratación, el miedo, el estrés, la ansiedad y la depresión pueden reducir la cantidad de flujo salival.
La boca seca también es causada por algunos medicamentos que ingieren las personas, entre los que se encuentran los antidepresivos, descongestionantes, antihipertensivos, antihistamínicos, relajantes musculares, los que se emplean para el tratamiento de enfermedades como el Síndrome de Sjögren, diabetes, hiper e hipotiroidismo, enfermedad de Parkinson, Alzheimer, distintos tipos de cáncer o por haber recibido tratamiento de quimio y radioterapia.
Los tratamientos para este padecimiento se enfocan en las características de cada caso en particular, pero algunas recomendaciones que puedo darte son:
- Reducir el consumo de alcohol, tabaco, café y comida picante.
- Recibir tratamiento para la respiración bucal.
- Estar bien hidratado.
- Si la causa es un medicamento, conviene cambiarlo o reducir la dosis siempre con autorización médica.
- Mejorar el manejo sistémico de ciertas enfermedades.
- Tomar pequeños tragos de agua a lo largo del día.
- Chupar pequeños trozos de hielo para promover la humectación de la mucosa.
- Prender humidificadores por las noches.
- Masticar chicles sin azúcar.
- Usar sustitutos de saliva o saliva artificial que se pueden encontrar en forma de enjuagues, aerosoles y pastas dentales.
- Acudir frecuentemente con el dentista para reducir el riesgo de formación de caries y enfermedad periodontal especialmente en pacientes que tuvieron radiación, para evitar complicaciones mayores.
- Uso de pastas dentales que tengan fluoruro.
A continuación, te dejo un pequeño cuestionario que te ayudará a detectar si tienes un problema de boca seca:
- ¿Siento la boca seca?
- ¿Tengo dificultad para comer alimentos secos?
- ¿Me levanto por la noche para beber agua?
- ¿Se me seca la boca al comer?
- ¿Bebo líquidos para ayudar a tragar la comida?
- ¿Chupo dulces o caramelos para aliviar la boca seca?
- ¿Mis labios se sienten secos?
Si respondiste de manera afirmativa a más de alguna de estas preguntas, es importante que busques ayuda de un especialista.