Uno de los cánceres más profundos que impiden el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad es la informalidad laboral y, en ese sentido, México aún no ha tenido un buen avance.
El combate a la informalidad en las economías en Latinoamérica es una lucha todavía no ganada, ya que en general, cerca del 50% de trabajadores en esta región del mundo no cuenta con formalidad laboral, es decir, no cuentan con prestaciones y sueldos justos.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 8 de cada 10 trabajadores latinoamericanos laboraron en el sector informal durante el 2022.
Y aunque es un problema generalizado, algunos países de LATAM están más afectados que otros. Tal es el caso de México, que de acuerdo a la OIT es la cuarta economía de esta región con mayor informalidad laboral, con un 56.6% de trabajadores que trabajan sin formalidad.
El top 5 economías con mayor informalidad es:
- Bolivia, 81.5%
- Perí, 68.1%
- Ecuador, 58.1%
- México, 56.6%
- Argentina, 48.9%
¿Por qué es importante abatir la informalidad laboral?
La falta de formalidad en los empleos de la sociedad tiene dos impactos mayores: el primero es que no se le garantizan sus derechos laborales a las personas, y eso significa que no tienen acceso al pago de utilidades, aguinaldo, seguridad social o vacaciones pagadas.
Por ejemplo, una persona que trabaja bajo la informalidad laboral no puede tener acceso al reciente cambio que hubo en las vacaciones que fue para bien y que amplió el número de días de descanso por ley.
El segundo impacto tiene que ver con el estado, pues al no estar registrados formalmente las empresas y sus trabajadores informales no pagan impuestos, y eso significa que el estado tendrá menos recursos para funcionar y garantizar educación, salud, movilidad y otros derechos humanos.
Al cierre del primer trimestre del 2023, en México el número de personas que laboraban en el sector informal fue de 32.2 millones, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.