Un reciente informe de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) alertó sobre los efectos del cambio climático en América Latina, señalando que, de continuar las tendencias actuales de calentamiento global, un país de la región podría volverse prácticamente inhabitable en las próximas décadas debido al calor extremo.
Las olas de calor no solo se han vuelto más frecuentes, sino también más intensas, y los riesgos que representan para la salud humana ya se encuentran entre las principales inquietudes de la comunidad científica y médica. Esta preocupación se debe a que el estrés térmico figura como una de las causas más comunes de mortalidad vinculada al clima. De hecho, los episodios extremos se han duplicado en las últimas cuatro décadas, y todo indica que esa tendencia continuará en aumento.
Así lo confirmó Colin Raymond, investigador del Jet Propulsion Laboratory de la NASA y autor principal del estudio Too Hot to Handle , el cual analiza los efectos del calor extremo y la humedad. En su investigación, Raymond destaca que uno de los indicadores clave para determinar si un lugar es habitable es la llamada temperatura de “bulbo húmedo”, que combina tanto la temperatura ambiental como los niveles de humedad para evaluar la capacidad del cuerpo humano para enfriarse.
Según Raymond, la temperatura máxima del “bulbo húmedo” a la que puede sobrevivir un ser humano en el exterior durante al menos seis horas es de unos 35 grados Celsius (95 grados Fahrenheit).
Brasil, el país más grande de Sudamérica, enfrenta un futuro crítico debido al aumento de las temperaturas extremas y la humedad, que podrían volver inhabitables algunas de sus regiones para el año 2070. Según el estudio, el incremento del calentamiento global y el estrés térmico, medido a través del índice de “bulbo húmedo”, podrían superar el límite de supervivencia humana en ciertas zonas del país.
Las áreas más vulnerables se encuentran en las regiones tropicales y subtropicales del norte y noreste brasileño, incluyendo estados como Amazonas, Roraima, Mato Grosso y Bahía, donde ya se han registrado olas de calor con temperaturas superiores a 40 °C en 2025. Estos episodios extremos afectan gravemente la agricultura, la ganadería y la calidad de vida de millones de personas, además de poner en riesgo la salud pública debido al aumento de golpes de calor y deshidratación.
El informe destaca que la combinación de altas temperaturas y humedad dificulta la regulación térmica del cuerpo humano, incrementando el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor.
La NASA señala que la crisis climática en Brasil es un reflejo del impacto global del cambio climático, impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles y la deforestación, que elevan los niveles de gases de efecto invernadero. Sin embargo, los expertos subrayan que aún hay margen para actuar mediante la reducción de emisiones, la protección de los ecosistemas y la implementación de políticas de adaptación climática que puedan mitigar estas consecuencias.
La NASA apunta a que las zonas más vulnerables hacia 2050 son el sur de Asia, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo. A estas se sumará el este de China, partes del sudeste asiático y Brasil hacia 2070.