Un reciente informe de la Corporación de Desarrollo Económico de Nueva York destaca un fenómeno sorprendente: más de un millón de animales viven en los rascacielos de la ciudad, lo que equivale a una mascota por cada tres hogares. Esta estadística revela que Nueva York es una de las ciudades con la mayor densidad de mascotas en el mundo, con aproximadamente 1.1 millones de animales domésticos, incluyendo 600,000 perros y 500,000 gatos. Convirtiéndose de este modo en una ciudad donde viven más perros que niños.
Para los neoyorquinos, tener una mascota se ha convertido en una parte esencial de su vida cotidiana. Según los residentes, los animales ofrecen una forma de movilidad más sencilla en la ajetreada ciudad y aportan una fuente constante de alegría y compañía. Los perros y gatos, en particular, se han convertido en compañeros indispensables que ayudan a aliviar el estrés y la ansiedad que caracteriza la vida en la ‘Gran Manzana’.
Los psicólogos subrayan los innumerables beneficios para la salud mental que proporciona la convivencia con mascotas. Estos animales no solo aportan alegría, sino que también actúan como una fuente de apoyo emocional y bienestar, contribuyendo a una vida más equilibrada en medio del ajetreo urbano.
El informe revela que en Nueva York, la población canina está alcanzando niveles significativos en comparación con los menores de 18 años. Aproximadamente el 33 % de los hogares en la ciudad tienen una mascota, un porcentaje que, aunque inferior al promedio nacional del 66 %, refleja una clara preferencia por los animales domésticos sobre la paternidad.
Todo esto también se refleja en la economía local. La industria de las mascotas en la ciudad supera los 1.5 mil millones de dólares, destacando el impacto económico significativo de este sector. A nivel nacional, los perros son los animales más populares en los hogares, con los Millennials liderando en la propiedad de mascotas, seguidos por la Generación X y los Baby Boomers.
Otras ciudades también presentan altos índices de propiedad de mascotas. San Francisco, por ejemplo, cuenta con casi 150,000 perros, una cifra superior a los 115,000 niños menores de 18 años en la ciudad.