Por L.N. y H.C. Natalia Torres Pérez
La obesidad actualmente es conocida como la gran epidemia del siglo XXI; afecta indistintamente a mujeres y hombres, adultos, adolescentes y niños. Esta condición tiene una etiología multifactorial en la que los factores de mayor fuerza se relacionan con los estilos de vida. La epidemia de obesidad abarca muchos problemas, tanto individuales como sociales, como un riesgo mayor de sufrir una muerte prematura, la disminución de la calidad de vida y tener costos de salud elevados.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, advirtió que la obesidad infantil en México es una emergencia de salud pública que requiere cambios inmediatos, ya que afecta el crecimiento y el desarrollo de los niños. Según la agencia, el país es el mayor consumidor en América Latina de productos ultraprocesados, incluidas las bebidas azucaradas. Las tasas más altas de este consumo se encuentran entre los niños en edad preescolar, que comen alrededor del 40% de sus calorías de esta manera.
La falta de acceso a alimentos frescos y saludables, la comercialización agresiva de productos alimenticios dirigidos a niños y la alta exposición a alimentos ultraprocesados en hogares, escuelas y mercados conducen a un ambiente poco saludable que promueve la obesidad y afecta a millones niños.
En México, las encuestas nacionales de salud demuestran que tanto el sobrepeso como la obesidad en niños de entre 5 y 11 años aumentaron casi un 40%. La última encuesta nacional reveló que, en el país, 26% de los niños en edad escolar presentan sobrepeso y obesidad.
Actualmente existen diversas causas del incremento de la obesidad infantil en México; entre otros, los factores más relevantes son que el 95% de las dietas se constituyen con un alto valor calórico, la influencia de los medios de comunicación y la falta de actividad física. Como consecuencia, combinando los hábitos alimenticios incorrectos con la facilidad con que se puede consumir comida chatarra en los últimos años, en nuestro país ha aumentado significativamente la obesidad infantil.
Los alimentos que actualmente se promocionan y que están al alcance de los menores en las escuelas, tiendas y cajas de supermercados tienen como fin entrar al subconsciente de los niños, ya que éstos son la presa perfecta ante los colores y la publicidad. Lo preocupante es que estos productos no aportan ningún beneficio en cuanto nutrientes, los hacen sentir mal y provocan alergias e intolerancias, así como déficit de atención e hiperactividad.
Los alimentos ultraprocesados están diseñados para engancharlos, ya que son muy prácticos, accesibles y con la combinación perfecta de azúcar, grasa y sal. Apoyados con gran publicidad, usan herramientas psicológicas y empaques muy vistosos que dicen exactamente lo que quieres leer; sin embargo, la mayoría de las veces nos ofrecen mensajes confusos y engañosos, pintados con colorantes artificiales, saborizantes y fórmulas que activan centros cerebrales de placer, resultando difícil elegir un buen producto para nuestros niños.
El gusto de los infantes se está modificando totalmente, deformándose su paladar hacia gustos que en un futuro se convertirán en malos hábitos. Las empresas saben que, si estos gustos logran inculcarse en los niños desde pequeños, se mantendrán a lo largo de su vida. Si son consumidores, de niños, lo serán de adultos. Es de suma importancia contar con regulaciones en las escuelas para evitar alimentos que no sean saludables ni naturales, así como aquéllos que no contengan información nutricional que proteja a los niños.
A partir de este año, México adoptará una nueva etiqueta que se colocará frente al empaque, que ha sido respaldada por varias instituciones gubernamentales, académicas, de la sociedad civil y organizaciones internacionales, incluido el UNICEF. Este tipo de etiquetado advertirá a los consumidores sobre el exceso de calorías, azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans, además de cafeína y edulcorantes artificiales, para que los niños puedan evitarlos. Asimismo, se prohibirá el uso de personajes populares y dibujos animados en productos destinados a niños. Resultará más fácil para la población identificar productos perjudiciales para la salud y hacer mejores elecciones de alimentos.
Es importante no olvidar que la alimentación y hábitos de los niños comienzan en casa, por lo que hago una exhortación a todos los padres de familia a mencionarles a sus hijos lo perjudicial que resulta consumir alimentos ultraprocesados y siempre orientarlos a cuidar su salud, formar buenos hábitos y realizar actividad física.
“Esta condición tiene una etiología multifactorial en la que los factores de mayor fuerza se relacionan con los estilos de vida.”
Natalia Torres Pérez