Por Joaquín Cruz Lamas
En estos tiempos de cuarentena, seguramente nos hemos encontrado a nosotros mismos pasando más tiempo del acostumbrado en circunstancias que antes quizá dábamos por sentadas. En primer lugar, seguramente nos damos cuenta de que estamos pasando más tiempo del habitual con nuestra familia. También algunos seguramente estarán pasando más tiempo en redes sociales; la gran mayoría estará pasando más tiempo del acostumbrando leyendo noticias o artículos de opinión, como éste. Nos daremos cuenta, además, de que hay una persona con la que seguramente estamos pasando mucho más tiempo del habitual: uno mismo.
Pareciera que cada una de estas situaciones de suyo no tendría ningún inconveniente. Sin embargo, probablemente muchos ya han empezado a notar los roces que pueden surgir a partir de la convivencia prolongada. Nos damos cuenta de que no sólo hay la posibilidad de conflicto en la familia, sino que también hay conflicto en las redes y conflicto incluso en nuestra propia cabeza. Muchas voces quizá se debaten ahora dentro y fuera de nuestra mente: voces optimistas y voces pesimistas, voces con tintes políticos y voces con intenciones morales.
Lo mejor que se puede hacer en tiempos como éstos, desde mi punto de vista, es elegir con sabiduría las batallas. Encontraremos a muchas personas que en estos momentos estarán irritables y tensas. Es normal. No hay que preocuparse si notamos un auge en las tensiones en nuestro entorno. Por supuesto, no estoy diciendo que la violencia debe de ser ignorada, ella nunca debería tolerarse en el entorno doméstico. Lo que digo es que nuestra paz mental nos demanda no entablar conflictos por asuntos que, si fuésemos capaces de verlos desde otra óptica, nos daríamos cuenta de que son poco relevantes. Preguntémonos qué es lo realmente importante en estos momentos; qué vale la pena; pero sobre todo pensemos qué es lo que realmente aportará algo a mi vida y a la de los demás en estos tiempos. Recordemos no descuidar los detalles y que de nada sirve enojarnos o frustrarnos por aquello que no podemos cambiar.
“Nuestra paz mental nos demanda no entablar conflictos por asuntos que, si fuésemos capaces de verlos desde otra óptica, nos daríamos cuenta de que son poco relevantes.”
Joaquín Cruz Lamas