Nota Web | Noviembre | 2021
Por Joaquín Cruz Lamas
Hay personas que prefieren a los gatos y personas que prefieren a los perros, pero también hay personas que son como gatos y personas que son como perros. No hay que entender aquí ninguna de las dos palabras como un adjetivo, sino como un sustantivo, donde los sujetos en cuestión tienen ciertas características en común con los animales citados.
Por ejemplo, hay personas que tienden a ser más calladas, discretas, tranquilas y relativamente independientes. Estas personas por lo general disfrutan de la soledad, aunque también pueden disfrutar de la compañía. El asunto con ellas es que no les gusta ser buscadas por otras personas, prefieren ser ellas quienes decidan cuándo y con quién van a socializar. Si deciden compartir su vida contigo, lo harán, si no, por mucho que te esfuerces siempre encontrarán la manera de escabullirse. Como un gato. La personalidad de los felinos tiende a ser así, no es que sean huraños o amargados, sino que simplemente prefieren decidir con quién socializar y con quién no.
Por otro lado, hay personas que son abiertas, enérgicas, expresivas y que gustan de la compañía de otras personas. Les encanta conocer nuevas personas y siempre están dispuestos a hacer amigos. Con estas personas no necesitas esperar a que quieran socializar contigo, antes de que te des cuenta ya te habrán abordado y te sentirás como su nuevo amigo. Estas personas se parecen más a los perros.
A estos dos tipos de personalidades normalmente se les conoce como introvertidos y extrovertidos. Tendemos a relacionar más a los introvertidos con la personalidad de los gatos y a los extrovertidos con la de los perros. Lo interesante aquí, sin embargo, es precisamente cómo nos vemos reflejados en los modos de ser de los animales de compañía que comparten la vida con nosotros. El ser humano tiene esa tendencia a representar en los animales cualidades humanas, de ahí vienen muchos símbolos heráldicos y muchos logotipos. No es de sorprenderse, por tanto, que las dos especies con las que más convivimos sean una presencia constante en nuestro imaginario.