Por L.F.T. Anaisa González Orozco
Nuestros pies son parte fundamental del cuerpo, teniendo gran importancia en el desarrollo de la marcha. En gran parte, éstos soportan y distribuyen el peso al momento de caminar, siendo determinantes para un desplazamiento correcto.
Desde el nacimiento del niño hasta aproximadamente los ocho meses de edad, tienen una mayor sensibilidad exteroceptiva – sensaciones externas al cuerpo –, incluso más que la mano.
El pie del niño, al nacer, es más una estructura cartilaginosa, la cual se va modificando y adaptando con los años. La mayor parte del crecimiento del pie ocurre en los primeros tres años de vida; es ahí donde más necesitan de una gran estimulación para desarrollar adecuadamente sus habilidades y destrezas.
Desde la antigüedad, se ha visto que el pie no fue creado para ser calzado; sin embargo, se ha vuelto imprescindible en nuestro ambiente sociocultural.
Actualmente, a los niños se les pone calzado mucho antes de empezar andar, ya que, desde hace años, se ha creído que jugaban un papel importante en el desarrollo del pie. Lo ideal es que los bebés de entre cero y seis meses, incluso hasta los dieciocho meses, en que ya se encuentran en fase de gateo, sólo se utilicen calcetas como protección a la temperatura o humedad.
Incluso en la marcha sacarán más provecho psicomotor si se les permite andar descalzos, sin restricciones.
Beneficios de no utilizar calzado en los niños
- Sensación de libertad.
- Favorece la formación del arco plantar.
- Mejora la estabilidad para caminar, correr y saltar.
- Facilita el reparto del peso corporal en todo el pie.
- Control de equilibrio.
- Estimulación sensorial por diversas texturas y superficies.
- Fortalecimiento muscular.
Es mucho mejor darle al niño la libertad de descubrir movimientos y de experimentar sensaciones el mayor tiempo posible para, así, mejorar su desarrollo psicomotor y un fortalecimiento adecuado del pie.
“Es mucho mejor darle al niño la libertad de descubrir movimientos y de experimentar sensaciones el mayor tiempo posible para, así, mejorar su desarrollo psicomotor y un fortalecimiento adecuado del pie.”
Anaisa González Orozco