Gracias a la industria del Fast Fashion y a que desde esta se ha impulsado el estereotipo de lo que debe ser un cuerpo “estético”, la moda ha sido confrontada y cuestionada. Sin embargo, en la actualidad existen proyectos novedosos comprometidos con nuevas causas que reposicionan a la moda bajo perspectivas que atienden más bien a problemas ambientales y que dejan atrás los cuerpos estereotipados. Eso es Prado, una marca consciente que nació a manos de Gretel Prado y Fernanda Saleme, dos diseñadoras de modas emergentes de Aguascalientes.
Tras un año de planeación y recién egresadas de la carrera de modas, ambas diseñadoras decidieron por fin dar el primer paso para emprender su propia marca, pero sabiendo que no sería una igual que otras, sino que sería una que se preocupe por el medio ambiente y por la diversidad de los cuerpos, dejando atrás la ropa tradicional cuyos modelos acataban a ciertos estándares de “belleza”.
Al respecto de su marca, Blackstone Magazine tuvo la oportunidad de hablar con las jóvenes diseñadoras: “lo primero que podría rescatar de nuestras prendas es que todas están hechas con materiales sustentables, es decir, tenemos prendas de piel de nopal, de poliéster reciclado, o prendas que son de materiales naturales, como algodón o lino”, relata Gretel Prado.
Y en realidad, todas estas ideas de una marca de ropa que se percata de las problemáticas actuales del mundo y de nuestra sociedad vienen, en parte, por el cambio generacional que está viviendo la moda y que incluso ya se está viviendo en los salones de clase de diseño.
“Algo que rescato mucho de la carrera es que nos enseñaron a ser personas éticas y a siempre ver por el medio ambiente y, al darnos cuenta que ya existen industrias como la del Fast Fashion, fue lo que nos incentivó a entrar a este mundo, pero hacerlo mejor”, agrega.
Por su parte, Fernanda Saleme menciona que lo que ellas pretendían al lanzar este novedoso proyecto es crear conciencia desde la moda porque, finalmente, se puede aportar una idea o una acción desde cualquier sector: “más que nada lo que buscamos es sensibilizar a las personas, que recuerden que cada prenda tiene un proceso, no se trata solamente de saber comprar, se trata de saber cómo comprar, pero también de saber cómo desechar. Eso es también algo que nos interesa: el ver de qué manera les llega nuestra prenda a sus manos, y ver también qué pueden hacer incluso con el empaque (que también es sustentable)”.
Comprar y desechar, nuevas perspectivas
Ambas diseñadoras explican que no solamente se trata de saber comprar o de elegir la opción más sustentable, sino que también se necesita aprender a desechar, ya que esa es una responsabilidad de la que poco se habla.
Comparten un ejemplo claro: si al después de comprar una prenda hecha con material reciclable esta la tiran en la calle, finalmente ese plástico reciclable terminará siendo una basura más y no se aprovechará. A eso se refieren con saber desechar, porque las nuevas tendencias nos están orillando a eso, a no solamente responsabilizar al quien produce, sino también a que las y los usuarios y consumidores finales también puedan actuar de alguna manera en un hecho de corresponsabilidad ambiental.
Además de orientar hacia esa corresponsabilidad, las fundadoras de Prado también mencionan que ellas están de lleno en el proyecto y eso explica, en parte, su autenticidad: “hacemos de todo a todo; desde la parte de inspiración e imaginación para saber en qué nos vamos a basar para sacar una nueva colección, es todo ese proceso de diseño y de aterrizar qué elementos van a ser importantes en cada prenda. Ambas bocetamos las prendas que quisiéramos tener, y ahí vamos descartando hasta llegar a tener los diseños bien establecidos. También revisamos los materiales que queremos usar y vemos los proveedores. Este emprendimiento se ha basado en ir probando distintas opciones y ver qué sale bien y qué se puede mejorar para finalmente presentar un buen producto”, comparte Fernanda Saleme.
Ropa diversa
Cuando decimos que parte de la autenticidad del Prado se deriva de la dedicación y el amor que tanto Fernanda como Gretel le impregnan, queremos decir que la otra parte viene de un pensamiento que se sale de lo convencional y que tiene que ver más bien con una nueva manera de diseñar ropa: la inclusión y aceptación.
“Mi principal inspiración son las mujeres y las formas de su cuerpos. No boceto prendas al aire, sino que tengo un figurín para distintos tipos de cuerpos para vestirlo conforme a sus propias curvas. Eso es lo que me inspira, finalmente cada cuerpo es muy distinto, el cuerpo tiene formas muy bellas y por eso me gusta inspirarme en la mujer, principalmente” abunda Gretel Prado, y eso explica, también, que las prendas de Prado están hechas para todas y para todos, buscando la comodidad y la seguridad de las personas, pero también dándoles ese toque de estilo que tanto caracteriza a la marca.
Y al respecto, Fernanda Saleme añade a la historia cómo es que lograron balancear las demandas del mercado y la industria de la moda pero también con las necesidades y lo que realmente quieren sus compradoras y compradores: “tuvimos que ver para ambos lados. Reconocer, por uno, las medidas que el mercado define como ‘estándar’, y por el otro nosotras definimos ampliar estos conceptos tradicionales para que las mujeres sepan que nuestras prendas están hechas para todas”
Para ambas diseñadoras lograr que su marca sea un “lugar seguro” es primordial y justo por eso es que otro distintivo más de Prado es el servicio de personalización de prenda que ofrecen las diseñadoras y esto atiende también a la virtud de ir más allá de la ropa convencional, haciendo ropa para todas y todos, para que todas y todas se sientan cómodas, seguras y satisfechas. “Se trata de buscar que la ropa les quede, no de tratar de encajar en esas ropas” finaliza Gretel. Esa es la esencia, esas son las nuevas tendencias. Así es como ahora avanza la moda.