Un avance significativo en el campo de la xenotransplantación ha sido alcanzado con la realización del primer trasplante exitoso de un hígado de cerdo genéticamente modificado en un ser humano. Este procedimiento marca un hito en los esfuerzos para abordar la escasez de órganos humanos disponibles para trasplante, al demostrar que un órgano animal puede funcionar de manera efectiva en el cuerpo humano, incluso en condiciones críticas.
El equipo médico liderado por el profesor Lin Wang, del Hospital Militar Xijing en China, llevó a cabo el trasplante en un paciente de 50 años con muerte cerebral. A diferencia de otros procedimientos similares realizados con riñones y corazones de cerdo en el pasado, en este caso se implantó un hígado de cerdo modificado genéticamente sin extraer el órgano original del paciente. El objetivo fue evaluar si el hígado de cerdo podría desempeñar funciones hepáticas en un ser humano, proporcionando un “puente terapéutico” para pacientes que esperan un trasplante de hígado humano.
El trasplante, que fue documentado en la prestigiosa revista Nature, duró más de 10 horas y el hígado porcino utilizado provenía de un cerdo miniatura Bama, al que se le habían realizado seis modificaciones genéticas clave. Estas modificaciones incluían la desactivación de genes que promovían la producción de azúcares en la superficie celular, lo que normalmente causa el rechazo por parte del sistema inmunológico humano, y la introducción de genes humanos para facilitar la integración del órgano en el cuerpo del paciente.
Durante los 10 días posteriores al trasplante, el equipo médico observó con satisfacción que el hígado de cerdo no solo sobrevivió, sino que también mostró signos de funcionamiento, como la producción de bilis y albúmina, lo que indicó que el órgano estaba desempeñando funciones hepáticas básicas.
«Esta es la primera vez que intentamos determinar si el hígado de cerdo podría funcionar bien en el cuerpo humano y si podría reemplazar al hígado humano original en el futuro. Es nuestro sueño lograr este logro», comentó el profesor Wang después de la intervención.
La intervención ha sido celebrada como un avance prometedor por varios expertos. Peter Friend, profesor de trasplantes en la Universidad de Oxford, calificó el procedimiento como un «avance significativo», destacando la compatibilidad demostrada entre el órgano de cerdo y el cuerpo humano.
Este trasplante abre nuevas posibilidades para el uso de órganos de animales modificados genéticamente, no solo para reemplazar órganos en situaciones críticas, sino también como una terapia puente. Este tipo de xenotrasplante podría ser utilizado temporalmente para mantener estables a los pacientes mientras esperan un trasplante humano.
El profesor Muhammad Mohiuddin, director del programa de xenotrasplante cardíaco en la Universidad de Maryland, destacó el potencial de los órganos de cerdo como una solución temporal para pacientes con insuficiencia hepática, señalando que, aunque no reemplazarían un trasplante humano a largo plazo, podrían proporcionar un apoyo valioso hasta que se disponga de un hígado humano.
Aunque los resultados de este estudio son prometedores, los científicos advierten que el procedimiento aún tiene limitaciones. El trasplante solo se observó durante 10 días, lo que impide determinar la viabilidad a largo plazo del hígado de cerdo en humanos. Además, dado que no se retiró el hígado original del paciente, no es posible confirmar si el órgano porcino habría sido capaz de reemplazar completamente las funciones del hígado humano.
«Este es un paso importante, pero aún necesitamos más estudios para evaluar la función a largo plazo de estos órganos en seres humanos», explicó Wang. En el futuro cercano, los investigadores planean realizar más pruebas y trasplantes, incluyendo aquellos en los que el hígado de cerdo podría reemplazar por completo al órgano humano, lo que abriría nuevas posibilidades para pacientes con enfermedades hepáticas terminales.
Este trasplante de hígado se inscribe en una serie de avances en xenotransplantes de órganos de cerdo, que incluyen trasplantes de riñones, corazones y otros órganos. Si bien algunos de estos experimentos han tenido resultados negativos, con la muerte de los pacientes en pocos meses, otros han logrado que los pacientes se recuperen, lo que ofrece esperanza para el futuro de la xenotransplantación.