El Tratado de Libre Comercio (T-MEC) es un acuerdo comercial económico pactado entre tres potencias del continente americano: México, Canadá y Estados Unidos.
En realidad, este es una herencia de lo que en su momento fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), implementado en la década de los 90 por el expresidente priísta y académico Carlos Salinas de Gortari.
En pocas palabras, actualmente el T-MEC sirve para facilitar la apertura comercial internacional. Entre sus beneficios más importantes está la reducción de aranceles a la importación, es decir, facilidades al momento de la importación que terminan impactando en el costo final del producto al consumidor.
Tal es la relevancia de este acuerdo comercial, que sin el T-MEC, por ejemplo, “las tarifas en productos como azúcar y mieles ascenderían a un 63%, o los tubérculos a 49%”, según advierte el prestigioso Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Hay productos donde si no existiera el T-MEC, su precio se dispararía. De acuerdo a una estimación que elaboró el IMCO, un incremento arancelario a raíz de su cancelación podría hacer que un coche se vuelva 21% más costoso que su valor actual.
En ausencia del T-MEC, estos productos aumentarían en más de un 4%, según dicha institución:
- Automóviles
- Ropa
- Azucares y mieles
- Medicamentos de receta
- Medicamentos sin receta
- Tubérculos
- Calzado