Después de años y críticas, por fin llegó este fin de semana a México el primer convoy de vagones para el Tren Maya, uno de los megaproyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador que, se dice, estará funcionando antes de que termine su sexenio.
El convoy estándar que arribó el sábado pasado a Cancún es de cuatro vagones y está habilitado para 230 pasajeros. Ahí, en Cancún, los vagones iniciaron el acoplamiento a los trenes para después proceder con las primeras pruebas estáticas y dinámicas.
Si bien todavía el tren no estará funcionando para todas y todos, el presidente ya anunció que el 1 de septiembre él mismo se subirá para hacer un viaje de supervisión. Este será el primer recorrido de supervisión para ver los avances del proyecto y se hará de Campeche a Yucatán. No es como tal una inauguración, pues seguirán haciendo pruebas para asegurar que el tren es seguro.
¿Cuánto costará?
De acuerdo al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), los precios para las y los mexicanos rondará por los 50 pesos y para las y los extranjeros será de 80 pesos.
Asimismo, se prevé que las personas con discapacidad, las y los niños menores de 5 años y las y los adultos mayores de edad quedarán exentas de pago.
Aún así, estas condicionantes y estos precios no han sido oficialmente confirmados, por lo que se tendrá que esperar más para saber si serán los que queden definitivos. También en algún momento se comentó que para las personas extranjeras el boleto costaría entre 50 y 80 dólares (hasta 850 pesos).
El recorrido del Tren Maya
El proyecto férreo es tan amplio que abarca y pasa por cinco estados del sur de México: Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo. En total serán mil 554 kilómetros los que recorrerá.
El trayecto tendrá 21 estaciones y 14 paraderos para conectar con destinos turísticos cercanos (con lo cual se plantea revitalizar las economías locales) y con terminales aéreas.
El tren pasará por 40 municipios y 181 localidades de tres grandes áreas: Selva, Caribe y Golfo. ¿Qué opinas de este proyecto? ¿Lo usarías pese a las críticas medioambientales?