Como lo hacen en países como Finlandia (con los mejores niveles de calidad de vida y con menos desigualdad), este martes, diputados federales enviaron a la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados una iniciativa de reforma constitucional que pretende renovar el sistema fiscal hacia uno progresivo.
En otras palabras, la iniciativa pretende que las contribuciones de las y los mexicanos vayan de acuerdo a los ingresos de las personas, por lo que las personas con grandes capitales tendrían que pagar más impuestos.
El documento advierte: “Presentamos la siguiente iniciativa para modificar el artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) para incorporar el principio de progresividad tributaria a los principios que rigen la obligación de las y los mexicanos de contribuir al gasto público de la Federación, los estados, de la Ciudad de México y los municipios”.
Y se agrega: “Con un sistema tributario progresivo, el Estado busca que, mientras mayor sea el porcentaje de la riqueza o ingreso del agente económico, será mayor la aportación de impuestos y otros ingresos públicos”.
La iniciativa está enfocada a aquellas personas que tienen riquezas sumamente amplias, por lo que en realidad no afectaría a la mayor parte de la población. Al contrario, con mayor recaudación se pretende poder ofrecer mejores servicios públicos, tener un estado más robusto.
Según el periódico El Economista, de acuerdo con estimaciones, 13 grandes fortunas en México alcanzan los 3.4 billones de pesos, lo que equivale a poco más de 11% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
El proyecto de iniciativa surgió también de la colaboración de diversas organizaciones y colectivos agrupados en la Alianza Contra la Desigualdad en México.
Aunque la iniciativa ya fue turnada a comisiones, el periodo de sesiones ordinario terminó recientemente, por lo que aún no se discute la misma. Además, dado que no se ha discutido, en realidad ni siquiera se ha votado.
El camino para su aprobación es todavía lejano: primero tendría que aprobarse en comisiones, luego tendría que pasar al pleno en la Cámara de Diputados, discutirse, aprobarse, y después pasaría al Senado de la República, donde también debería aprobarse. Por último, se necesitaría también que 17 congresos locales la aprueben, sólo así se lograría la reforma constitucional.