De acuerdo con los principios de la grafología, nuestra escritura es un reflejo de nuestra personalidad individual. Aunque todas y todos aprendimos en la escuela a escribir en un mismo estilo, conforme crecemos nuestra escritura se distancia del estilo con el que aprendimos en el salón de clases; así, a medida que nuestra personalidad se desarrolla, también lo hace nuestro estilo de escritura. Por ello, no es raro que en nuestra escritura se reflejen miles de historias sobre quiénes somos, nuestros gustos, disgustos y comportamiento en general.
En las tareas de análisis de la firma de una persona, los grafólogos examinan el espaciado, los ángulos, las inclinaciones, así como la presión que aplica el autor y el contexto en el que se genera la firma. Con base en estos elementos, pueden determinar los rasgos de personalidad y el carácter del autor de la firma autógrafa.
¿Qué aplicaciones tiene la grafología? Esta disciplina es de gran utilidad para evaluar a las personas y, así, utilizar la información generado con diferentes propósitos: reclutamiento de personal, selección de gerentes, capacitación corporativa, control de seguridad, al igual que en la elaboración de perfiles de personalidad o históricos. La letra de una persona aporta indicios al reclutador para tener elementos sobre si es un trabajador, honesto y de buena integridad o, por el contrario, si se trata de alguien débil de voluntad y sin la capacidad de completar una tarea, todo ello apenas con algunos trazos realizados con un bolígrafo.
Recordemos que una firma autógrafa es completamente única para cada persona, de ahí que tengan un particular interés para los grafólogos. Una firma autógrafa es una expresión de la forma en que nos representamos ante el mundo a lo largo de nuestras vidas y dice mucho sobre quiénes somos como personas. La manera en que creamos nuestra firma, ya sea inclinada hacia arriba o hacia abajo; larga o comprimida; grande o pequeña; subrayada, atravesada o con una línea en la parte superior; si presionamos con firmeza o ligeramente al momento de realizarla, entre otras características, todo ello le da a un grafólogo experto una visión compleja de nuestra personalidad.
A manera de ejemplo, vale recordar firmas como la de Steve Jobs, pues una de sus últimas firmas autógrafas mostraba una inclinación hacia arriba con líneas nítidas, lo que revelaba sus características positivas de mirar hacia el futuro y su ambición, pero también su tendencia negativa a ser impaciente y tener un temperamento agresivo en ocasiones. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, firma usando solo sus iniciales, lo que es indicativo de una persona muy reservada pero segura de sí misma que disfruta de una excelente autoestima.
Echemos un vistazo a algunos de los estilos de firma más comunes y la manera en que un grafólogo podría interpretarlos:
- Un movimiento o línea de cierre al final muestra que eres muy proactivo, con empuje y determinación.
- Si usas algún sobrenombre o incluso tu apodo, significa que eres muy independiente y confías en tus capacidades.
- Ningún punto en la “i” de tu firma indica que no eres el tipo de persona que se preocupa por los pequeños detalles y tiende a mirar el panorama general.
- Las letras mayúsculas grandes muestran que tienes un fuerte sentido de autoestima, aunque con una tendencia a la arrogancia.
- Si firmas usando solo tu nombre de pila, estás demostrando una actitud relajada hacia los negocios.
- Las letras ilegibles demuestran sorprendentemente que tienes una buena agilidad mental y una mente rápida.
- El texto ascendente muestra que eres optimista, creativo y ambicioso, con tendencia a mirar hacia el futuro con una luz positiva.
- Si prefieres una firma con letras muy pequeñas, indica que puedes ser tacaño y egoísta. Por supuesto, un rasgo de este tipo no genera una muy buena primera impresión en una solicitud de empleo.
Cualquiera que sea tu estilo característico, toma en cuenta que puedes revelar mucho más sobre ti mismo de lo que imaginas. Por eso, reflexiona muy bien tu firma la próxima vez que tengas que hacerla.