Por Andrea Monserrath Ramos de la Torre
El mobbing o acoso laboral es una realidad frecuente a la que nos enfrentamos, identificarlo se ha vuelto muy difícil, debido a que muchas prácticas asociadas a estas dinámicas se han normalizado y, con el paso del tiempo, esta problemática se ha arraigado y extendido, además de que no se visibilizan sus consecuencias e implicaciones.
De acuerdo con una encuesta realizada a más de 2 mil profesionistas por OCC Mundial o la Bolsa de Trabajo de México, el 51% de los entrevistados declaró que habían sido víctimas de acoso laboral en algún momento. Este acoso comprende desde el hostigamiento, la discriminación y la exclusión, hasta la agresión psicológica, física y sexual, así como el acoso cibernético que puede ocurrir entre los mismos compañeros de trabajo o de quienes se desempeñan en cargos más altos respecto de sus subordinados.
Según los expertos en salud mental, el impacto psicológico es muy fuerte, ya que las consecuencias del acoso laboral van desde cuadros de ansiedad hasta depresión, además de incidir en muchos aspectos de la vida privada de las y los afectados; en los casos más graves, incluso impide un óptimo desarrollo laboral y personal, pues una situación de acoso significa colocar a la persona entre la espada y la pared, es decir, orillarla a decidir entre quedarse en un lugar donde no existe comodidad o a renunciar a dicho puesto laboral y, con ello, aceptar las respectivas implicaciones, es decir, una importante disminución en los ingresos económicos y la evidente inestabilidad en muchas dimensiones que sobreviene al desempleo. Dicho de otro modo, la persona afectada tiene que escoger entre sacrificar la estabilidad mental y, en algunos casos, hasta la física en favor de una estabilidad económica.
En muchos países, incluyendo México, la violencia laboral es un delito por el cual puedes acudir a las autoridades correspondientes y levantar tu demanda; sin embargo, lo ideal es que este tipo de situaciones se resolvieran en la parte interna de la empresa, con un protocolo de atención a víctimas o directamente en la oficina de recursos humanos. De hecho, en nuestro país existe la NOM-035-STPS-2018, que es la Norma Oficial Mexicana emitida por la Secretaría de Trabajo y Prevención Social, que estipula las condiciones mínimas necesarias en materia de seguridad, salud y medio ambiente de trabajo, a efecto de prevenir accidentes y enfermedades laborales.
De acuerdo con la organización civil “Puedes decir no”, en caso de que tu voz no sea escuchada puedes optar por 5 vías: laboral, penal, civil, por discriminación y la administrativa. Otra opción sería contactar directamente con la Comisión Nacional de Prevención de Discriminación (CONAPRED), por medio del correo electrónico quejas@conapred.org.mx, incluso está disponible un formulario de queja que se llena directamente en la página de esta dependencia. Asimismo, puedes acercarte a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET), donde también le brindarán apoyo al afectado o afectada.
Es vital contar con diversas opciones cuando se hable de un tema de justicia, pues nos permite construir redes de apoyo seguras para que todas y todos luchemos por entornos laborales más justos y en los que no impere el miedo. Nadie debería sacrificar su salud, ni física ni emocional, en el ámbito laboral. Todas tenemos derechos como trabajadoras y trabajadores, de ahí que conocerlos es nuestra responsabilidad. Recuerda que si no denuncias o alzas la voz, la violencia se vuelve infinita.