Por L.N. y H.C. Natalia Torres Pérez
Actualmente, la publicidad en los empaques de alimentos resulta ser muy engañosa; el etiquetado es la única orientación de compra y consumo. Cuando uno ya sabe que algo no es saludable, la salud se vuelve responsabilidad de cada quien. Sin embargo, ¿qué peligro representan para la salud los productos que parecen saludables, se venden como saludables, saben como si lo fueran y realmente no tienen nada para serlo?
Además de confundir, la publicidad puede hacernos creer que un producto posee características que en realidad no contiene, sólo porque lo dice en el empaque.
¿Presume de fortificado? Entonces significa que se le adicionó un nutriente que no está presente de manera natural en el producto. Cuando se refinan ciertos alimentos, se pierden nutrientes, así que se deben incluir propiedades que ellos promueven como un valor agregado al producto, pero realmente son elementos nutritivos que lo hacen calificar como un producto apto para el consumo humano. Los alimentos naturales contienen abundancia de nutrientes, pero cuando se los quitan y luego se los devuelven, los alimentos pierden su riqueza.
La publicidad y los empaques de los productos siempre dirán lo que quiere escuchar el consumidor; por ejemplo, la norma oficial mexicana de etiquetado exige que, al anunciar azúcar, se trate de azúcar de caña, así que pueden fácilmente decir “sin azúcar” al no incluir ésta, sin importar que tenga otros endulzantes.
¿Cómo leer la lista de ingredientes? Estos se enlistan por peso, en orden descendente; el primer ingrediente es lo más abundante en el producto, seguido por el segundo, y así sucesivamente. Si un producto que quieres sin azúcar indica “jarabe de maíz” en su lista de ingredientes, entonces el contenido de azúcar en el empaque es alto. Idealmente, los ingredientes deben ser naturales y el menor número de ingredientes posible. Infórmate sobre lo que consumes.
“Además de confundir, la publicidad puede hacernos creer que un producto posee características que en realidad no contiene, sólo porque lo dice en el empaque.”
Natalia Torres Pérez