Nota Web | Noviembre | 2021
Por Joaquín Cruz Lamas
Al menos por el momento, es imposible entrevistar a alguien que haya regresado para que nos cuente sobre su experiencia. Hay casos en que algunas personas han tenido experiencias cercanas a la muerte, o han logrado ser “resucitadas” gracias a los médicos. Estas personas han relatado experiencias que parecen ser comunes a todos aquellos que, por así decirlo, han estado con un pie del otro lado. Tales narrativas incluyen elementos como ver la vida pasar frente a los ojos como si fuera una película, o ver una luz al final de un túnel, o ver el propio cuerpo desde una perspectiva externa, como si ya lo hubiésemos dejado atrás.
Personalmente, aún no sé cómo son estas experiencias. Lo que sí sé es que miles de pensadores a lo largo de la historia han tenido distintas teorías sobre lo que sucede luego de que dejamos este mundo. Cada sistema filosófico y teológico tiene su propia explicación. ¿A cuál le creemos? ¿Verdaderamente son todas ellas tan distintas? ¿Hay algún terreno en común sobre el cual se pueda construir una visión de la muerte? ¿Cómo ponemos de acuerdo a todas las cosmovisiones que creen en una vida posterior a la muerte con aquellas que consideran que esta es el fin definitivo? La única palabra en la cual puedo pensar es trascendencia. Me atrevo a decir que todos —o casi todos— los sistemas de pensamiento y espiritualidad apuestan por la trascendencia.
No tengo certeza absoluta de lo que le sucede a una persona luego de que muere, pero sí una visión muy clara de lo que pasa en este mundo con aquellos que rodean a esa persona. No sé qué me pasará a mí cuando muera, pero sí sé que aquellos que en esta vida me quisieron me van a extrañar. No es que no importe lo que nos pase en la otra vida (si la hay), pero no podemos perder de vista la realidad más inmediata que tenemos aquellos que seguimos vivos: la ausencia. En esa ausencia ya hay una forma de trascendencia; quienes nos quedamos en este mundo guardamos el recuerdo de aquellos que ya lo dejaron, y esa es una forma de permanencia. ¿Entonces qué pasa luego de la muerte? Que nos quedamos en la memoria de aquellos que nos rodearon. Pensemos cómo es que queremos quedarnos.