Aunque un acto tan simple como guardar dinero en efectivo en la casa es algo común en la vida de los mexicanos –ya sea debajo de la cama o escondido en algún rincón–, no declarar este dinero ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sí puede representar un problema con nuestra autoridad fiscal.
Lo anterior, si bien no es un delito grave, sí va en contra de las obligaciones que todas y todos los mexicanos tenemos con respecto a declarar ante el SAT nuestros ingresos.
¿Por qué es importante hacerlo?
Declarar nuestros ingresos periódicos o esporádicos ante el SAT es sumamente relevante por dos aspectos fundamentales:
- Pagas impuestos para tener un estado más fortalecido.
- Tu dinero estará libre de cualquier posible problema fiscal, eso te evitará desencuentros posteriores que pudiste haber evitado acercándote al SAT.
Y ¿quién dice que todos debemos de hacer esto? Pues todo se estableció desde nuestra Carta Magna: el artículo 31, fracción IV, de la Constitución advierte que es obligación de todas y todos los mexicanos contribuir a los gastos públicos del país, y eso se hace, precisamente, a través de nuestros impuestos.
Casos prácticos
Si el dinero que por años o por un tiempo indefinido has guardado debajo del colchón lo usas de pronto para comprar una casa o un automóvil, dependiendo su costo, el SAT podría iniciar una investigación por “discrepancia” fiscal entre tus ingresos y los gastos que estás haciendo, en otras palabras, tus egresos.
Si la compra del inmueble supera los 719 mil 200 pesos o la compra del vehículo es mayor a 287 mil 680 pesos, la persona –física o moral- que te venda esos productos deberá avisar a la autoridad fiscal y es, en ese caso, cómo podrías ser investigado.
Con información de la Constitución Mexicana y N+noticias